Answers.
Los ojos del rubio vagaron con desconcierto, observando superficialmente las paredes de la habitación de Yoongi. Habían pasado un par de horas desde el horrible suceso, y a pesar de que seguía con el corazón hecho trizas, los ojos hinchados y el cuerpo demasiado entumecido como para hacer algo más que respirar; logró calmar los sollozos ahogados que salían de su boca de vez en cuando. Con esfuerzo.
No lo entendía. Estaba tan confundido que su mente parecía un despojo inútil de nervios y emociones inconexas. Pensó de él mismo como si de un objeto se tratase.
Muñeco.
¿Era tan manipulable, acaso, que el pelinegro pensaba que lograría hacer con él lo que quisiera? Ahogó un gemido de disgusto, cubriéndose el rostro con ambas manos y dejándose llevar por el dolor nuevamente. ¿Cómo podía ser tan ridículo? ¿Cómo siquiera pudo haber aceptado el chantaje? Dios santo, ¡eran unas puñeteras fotos! Su familia estaba muerta y no tenía un honor que mantener; no había dignidad en su nombre dado a que él sólo era un chiquillo. Lo único que podría avergonzarlo serían las reacciones de sus amigos, ¡pero a quién mierda le importaban!; sólo eran fotos teniendo sexo.
Una voz en su interior asomaba con burla, insinuando cosas sin sentido tales como el hecho de que Jimin parecía haber vuelto sólo por la necesidad de estar con Yoongi, pues era consciente de que no se veía totalmente comprometido con la publicación de aquellas fotos. Quizás se engañó sólo para tener una excusa lamentable con el objeto de volverlo a ver, y finalmente le había pasado la cuenta.
Otra vez.
Un gruñido primitivo escapó de su garganta. ¡Nada estaba claro! Primero, Yoongi lo había secuestrado. Lo folló, el tipo se ganó su confianza. Luego mandó a alguien a fingir que iba abusar de él para quedar como un maldito salvador, y lo había conseguido. Probablemente no esperaba que aún después de quedar como el héroe de la historia, Jimin se largaría con Jungkook. Era seguro que eso lo había cabreado como la mierda, no había dudas.
No obstante, nada explicaba el que lo hubiera hecho volver y que luego, cuando el rubio descubrió toda la mierda que había tramado con Suran, lo hubiera mandado a tomar por culo. Es que simplemente no tenía sentido.
¿Lo quería ahí o no? ¿Qué caso había tenido haberlo hecho volver si luego lo haría irse nuevamente? No. Demonios, no iba a renunciar a nada todavía. Llámenlo masoquista, pero él necesitaba con urgencias una explicación, y no se iría hasta quedar satisfecho. El pelinegro debía decirle qué era todo lo que estaba pasando, porque él no era un estúpido juguete para divertirse un rato y luego tirarlo al cesto de basura.
Cristo, Jimin estaba bastante seguro de que era un humano merecedor de respeto, pero nadie parecía notarlo y se estaba hartando. La zorra de Suran se había burlado de él y cada vez que recordaba las palabras humillantes que salieron de la boca de la fémina, el enojo burbujeaba en su interior. Joder, la detestaba con todas sus fuerzas. Lo peor de todo es que Yoongi no había hecho mucho por defenderlo.
¿Casarse con ella...? Se sentía mareado.
De pronto, sus piernas débiles se pusieron en marcha al baño, y antes de que se pudiera percatar siquiera, estaba vomitando toda la comida inexistente de su estómago.
No sabía con exactitud cuánto tiempo había estado ahí, o cuándo se quedó dormido con la mejilla apoyada sobre el inodoro tras haber devuelto hasta sus últimas fuerzas. Tampoco se dio cuenta de que unos brazos demasiado familiares lo habían rodeado, llevándolo con ligereza a la cama y dejándolo ahí con suavidad.
— Joder, nene — apenas logró escuchar el murmullo, demasiado distante como para distinguirlo — me vas a volver loco.
[ ♡ ]
Yoongi pensó que Jimin se había ido para cuando encontró la habitación vacía, pero desechó el pensamiento tan rápido como llegó al ver unos piecitos pequeños asomar por la puerta del baño. Ahogó un suspiro cansino, observándolo dormir ahora plácidamente en su cama. Se veía tan adorable... y él no podría detestarse más; no toleraba el asco hacía sí mismo cuando observó la nariz enrojecida del muchacho y el rostro graciosamente hinchado que poseía. Era un auténtico hijo de puta, pero debía responder a su deber.
Si bien él era la cabecilla de su mafia, los miembros de la organización a nivel internacional tenían un alcance mayor en cuanto a territorio. Yoongi, desde luego, no estaba interesado en las mierdas de ese tipo.
Santo cielo, él sólo quería joder culos, hacerse asquerosamente rico a costa de trabajos sucios y luego morir por alguna bala perdida. No esperaba más para él. Era conocido en toda la red por ser despiadado y poco ambicioso al mismo tiempo. Le gustaban los negocios pequeños pero fuertes, aquellos en los que su reinado fuera indiscutido. Había asesinado a mucha gente en el pasado, más de las que podría contar. Así fue como escaló posiciones y se ganó el respeto de todos. Él era el mejor en el arte de las barbaridades. Era un experto sádico adicto a las muertes.
Por supuesto, nadie se había metido con él hasta ahora. Un sobre había llegado a su puerta meses antes de que él fijara su mirada en el bonito pelirrubio de aspecto afeminado que dormía sobre sus sábanas. Él había recibido órdenes directas del jefe del distrito, y a pesar de que fácilmente podría haberse rehusado, no quería iniciar una guerra. Todos eran conscientes de que, si Yoongi quisiera, podría hacerse cargo del negocio incluso a nivel mundial. Pero él no estaba interesado en esa clase de poder, así que prefería hacer favores a sus colegas para obtener ciertas recompensas. Después de todo, ¿qué tan difícil iba a ser jugar con un simple chiquillo, hijo de un rico moroso muerto, tal y como indicaba la letra manuscrita?
Sacudió la cabeza con exasperación. Aún no entendía qué obtenía la mafia enviándolo a joderle la vida un chiquillo inocente. Era consciente de que su socio tenía a un hijo caprichoso. No había tenido el desagrado de conocerlo en persona, pero le irritaba la obsesión que el niño guardaba por Jimin.
¿Lo conocería, siquiera? Yoongi se habría ahorrado olímpicamente todo el rollito este si hubiera rechazado la oferta, pero sorprendentemente agradeció no haberlo hecho. Estaba encantado con el chico. Mierda, él estaba bastante seguro de que se había obsesionado con follarlo.
Ahora no sabía qué hacer porque el rubio se había quedado y no lo había obedecido. Eso ni siquiera estaba en el plan inicial. A decir verdad, tampoco lo había estado el chantaje de las imágenes, pero él había aborrecido la distancia que separaba su polla del culo dulce del más joven y no aguantó la tentación.
Todo era demasiado complicado. Si se dedicara a unir los cabos y descubriera quién era la mente maestra de la operación, tal vez lograría detener toda esa porquería...
Ahogó un jadeo. ¿Podría ser posible? Se puso de pie con ansiedad, yendo a pasos agigantados a buscar el celular de Jimin. Observó la pantalla parpadeante y frunció los labios: una fina línea de desaprobación adornando su duro rostro. Maldito enfermo hijo de puta.
El nombre que brillaba en la pantalla debió haberle indicado algo. No era una coincidencia, infiernos. Él no era estúpido.
Jeon Jungkook estaba llamando.
Y él estaba tentativamente seguro de que Jeon Jungkook era el responsable de todo.
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issues ➳ yoonmin [+18]
Fanfiction"Arruinaré todo de mí sólo para arreglarte." yoonmin ; daddy kink ; baby boy. angst ; +18 ; sexual ; gay.
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