CAPÍTULO 4.

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Michael

Hay una frase que me gusta mucho.

"Aquella persona que no enfrenta sus problemas, da prueba de su cobardia".

Así es originalmente. Quitando la ultima palabra queda perfecta. Yo pienso que dependiendo la situación se le agrega la palabra. Por ejemplo en este caso, la palabra seria...

Inteligencia.

Después de alejar a esa persona de mi casa, la intriga no me dejo dormir, por lo que termine contestando el mensaje que mi acosador había enviado minutos atrás.
Tras varios mensajes de burla y sarcasmo logre saber la razón por la que fui libre fácilmente. Al parecer cuando escapé de su casa, lo único que tenia en mente era salir de ese lugar, pero a mi cerebro no le dio por pensar que debía hacerlo con mi maletín en las manos.

Y pues el resto ya deben imaginarlo.

Él no accediendo a mi petición de llevármelo a la universidad. Yo rogando por mi falta de dignidad.Y por ultimo, aceptar el hecho de que yo mismo tendría que regresar a su departamento por mis pertenencias, de lo cual no estoy muy seguro.

Mi inteligencia ante la situación me dice que una opción mas sabia, seria comprar otro maletín. No es mala idea.
Se que no tenia ni dos semanas con el anterior pero como dije, mi situación ecónomica no es mala. Por suerte los unicos papeles que tenia guardados en el, eran de mi planeación del ciclo, de lo cuales tengo copia en mi portatil. Mientras intento recordar que otra cosa tengo que dar por perdido me doy cuenta que la opción de comprar un nuevo malentín queda totalmente descartada.

Maldición, como pude haberlo olvidado.

Sin mas, aparte de mi resignación, cerré mis ojos para lograr descansar unas horas antes de tener que ir a la residencia de Adam la cual, por suerte, quedaba a solo diez minutos, y de ahí a la universidad. Mientrás me sumergía poco a poco en los brazos de morfeo, podía sentir una brisa entrar por los ventanales. Gracias a la lluvia de esa tarde logre caer dormido junto a un olor a tierra mojada que inundaba por completo la habitación.

Por esa razón me gusta este efecto climático, logra que la presencia de la naturaleza sea mucho mas agradable de lo común.

...

Ya era de mañana, y nada iba resultando de buena manera. Sigo comprobando que la mayoría de las veces el mejor momento del día es por la noche, cuando te recuestas en tu cama para dormir por horas. Lo cual en mi caso, ocurre siempre.

—Calmate, respira. Solo tocarás la puerta, cuando el te reciba, SIN ENTRAR, esperaras a que te devuelva el maletín y te retirarás, sin rodeos. No estés nervioso-dije sentado en el borde de mi cama—. ¿A quién quiero engañar? Cómo se supone que debo de sentirme si hace unos mimutos tuve que hacer...eso.

Se que te sientes sucio de haber tenido que desarmar la casita de acampar de esa forma, pero no es tu culpa de que el agua fría no haya ayudado en algo.

Callate, conciencia. Todo es tu culpa.

No me eches a mi la responsabilidad. Mientras duermes, yo estoy de vacaciones, lejos de ti y de tu acosador.

Claro que es tu culpa. ¿Por qué tener que revivir lo que paso ayer entre él y yo?

Oh vamos. No es para tanto. Es normal tener sueños húmedos.

Sin ganas de seguir discutiendo conmigo mismo, me levanto para entrar en la ducha. Despejo de mi mente todo pensamiento, sea bueno o malo. Me quedo en estado neutral, por lo menos hasta estar dentro del auto, ya que mi modo automático es capaz de creer que accidentarme camino a su casa pueda ser una buena idea. No seria muy fuerte, solo algo leve para hacerlo sentir culpable, que se de cuenta que solo me causa problemas y así se aleje de una vez por todas.

Decido borrar esa tentadora opción de mi cabeza y enciendo la radio. A solo dos minutos de llegar a mi destino, suena una de mis baladas favoritas. Sin dudarlo comienzo a cantar al ritmo de la canción, que resuena de forma placentera, elevando mis ganas de no querer terminar de cruzar ese puente, ya que debido a la grandiosa vista, la sensación de cruzarlo a toda velocidad mientras suena tu canción favorita es algo simplemente increible.

Desafortunadamente el climax de la melodía llego justo cuando el departamento de Adam estaba a pocos metros.

Don't say this won't last forever. You're breaking my heart. You're breaking my heart. Don't tell me that we will never be together. We could be, over and over. We could be, forever. It's not over. It's not over. It's never over...—entonaba con sentimiento, aunque no con el mismo que hace dos años. A pesar de haberla cantando antes para alguien más, frente a frente reprimiendo las lagrimas, ahora mismo lo hacia solo con una enorme sonrisa, disfrutando cada segundo. Sin apagar el motor, ya estando estacionado frente a su departamento, espero a que termine el ultimo verso para bajar del auto. Para mi mala suerte, al dirigir mi vista hacia la entrada, lo veo recostado en el marco de su puerta con gesto divertido mirando en mi dirección. Maldición...no me habrá escuchado ¿o si? Como no va a hacerlo si tengo los vidrios abajo. Cierro la puerta del piloto maldiciendo internamente y camino directo hacia él.

—Ahorrate las burlas y terminemos con esto rápido—dije interrumpiéndolo antes de que pudiese decir algo que acabara con el poco buen animo que me quedaba.

—Humn...ya veo—antes de que lograra reaccionar a tiempo ya me tenia contra la puerta, la cual cerro al momento de jalarme al interior de su departamento.

¿En qué habíamos quedado? No adentro, joder.

—Solo por esta vez te haré caso ya que en treinta minutos ambos debemos estar en la universidad.

—¿¡Qué demonios haces!?—pregunté al estar consciente de nuestras posiciones. Me tenia sujetado fuertemente de la cintura con una mano mientras la otra se encontraba justo a lado de mi cabeza sobre la puerta, y sobra decir que la distancia entre nuestros rostro era casi nula.

—¿A qué te refieres? Me pediste que acabará rápido.

—¡Si, pero me refería a que me regresarás mi portafolios para que pudiera irme de una vez!

—Ah ya entiendo. Lo siento, es que ayer dijiste lo mismo que pensé que te referías a eso—solo sus palabras parecen una disculpa, ya que su tono de voz y su mueca divertida no concuerdan con lo dicho pero si con el contexto en el que nos encontramos.

—Pues si ya entendiste apartate—solté molesto, pero solo me miro y sonrió de lado. Sentí un leve cosquilleo, el cual inmediatamente decidí ignorar. Me encargare de comer bien esta vez. Intente empujarlo pero nuevamente mi poca fuerza hizo acto de presencia—. Adam, hablo en serio.

—Sabias muy bien riesgos de venir aquí. De verdad me sorprendió que lo hicieras.

—Es el único maletín que tengo. ¿Qué esperabas que hiciera?

—Comprar otro.

—Pensaba hacerlo, pero me gusta ese, además ahí teng-

Estúpido. Solo toma el maletín y sal de ahí antes de que digas algo que te haga quedar peor.

—¿Ademas ahí qué?

—Nada. Solo damelo de una vez.

—De acuerdo, de acuerdo. Tranquilo, aquí esta—dijo separándose para tomar la causa de que este aquí nuevamente, la cual estaba colgando de sujetador de abrigos.

—Gracias—tomo el maletín y sin dudarlo lo abro para revisar que estén todas mis pertenencias.

—Vaya confianza.

—Aqui tengo los trabajos por dejar en lo que queda del semestre. Solo veo que no me falte ni uno solo...—¡Demonios! ¿¡Dónde estas!?—...Creo que lo perdi—murmure cabizbajo luego de unos segundos sin éxito en mi búsqueda. Me doy media vuelta agradeciéndole de nuevo, pero mi oración queda en el aire cuando siento sus brazos rodearme por detrás. Levanto la mirada para enfrentarlo pero mi mente me traiciona al encontrarme con esos ojos grisaseos (de los cuales apenas se podía apreciar su color, debido a que eran opacados cada vez más por el oscuro de su centro) y sin estar completamente consciente llevo mi mano hasta nuca. El me mira, de cerca, cada vez más cerca y entonces nuestras bocas se encuentran. Luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes. Ambos soltamos pequeños suspiros, los cuales quedan ahogados, en señal del placer que sentimos.

Fetiche OscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora