"...Dime querida ¿Puede un corazón roto volver a latir?"
Pues dímelo, dímelo tú, que has llorado noches enteras en silencioso dolor. Y que has escuchado romperse más de una vez a tu pequeño corazón.
Tú que has sonreído sin anhelos, y que has gritado tus remordimientos al viento.
Tú que has visto el sol salir, sin sus rayos poder realmente sentir.
Tú que tuviste oscuridad en lugar de alma, y que rogaste para ella una merecida calma.
Tú que te escondiste de la tempestad, pero terminaste encerrado con la soledad.