Perdida en la tiniebla con un abrigo roto. La nieve cae en mi cabeza y se desliza por mi pálida piel.
Corazones rotos llueven desde el más allá, donde las almas tristes deambulan en busca de su perdido amor.
Los cielos truenan, dando aviso del destino cruel que se aproxima a todos rápidamente.
Sigo, con mi abrigo roto y frío.