- 4 -

81 43 0
                                    


"Me estoy ahogando en mis propios pensamientos"


Si alguien me preguntara ahora que siento diría que no tengo la menor idea. Diría que deje de sentir hace mucho tiempo, no sé cómo. Trato de no pensar en eso. Trato de no analizar lo que me pasó, porqué me pasó, o porqué les pasó eso exactamente a ellos, porque la verdad es que nunca encontraré una respuesta. Vivo el día porque tengo que hacerlo, porque tengo que vivir. No por mi, por ellos, por mis padres, porque eso es lo que ellos querrían. Pero si me preguntas que pienso, diría que hace mucho tiempo dejé de creer en la vida. La verdad es que ya no creo en nada. No creo que me esperen cosas buenas, tampoco creo que las merezca.

Hoy es martes. Como podrán imaginar tengo que ir a clases. Alabada sea la tienda que hay en la vuelta de la esquina donde venden mis hermosas redbull y los exquisitos sándwich de todo lo que se puedan imaginar. Porque si no fuera por esto mis mañanas serían más tortura de lo que son. Como dije anteriormente amo dormir, es mi placer culpable, por lo que necesito mis 15 horas mínimas de sueño. Por esto alabadas mis benditas energéticas.

Caminando hacia la universidad escuchando Change My Life de Ashes Remain (mi canción favorita) a todo volumen, me doy cuenta que voy atrasada. Como siempre. Yo diría que las clases siempre se adelantan a mi horario y yo siempre llego a la hora, pero es cuestión de cómo lo vea cada uno.

Llego a la sala de clases tratando de pasar lo más desapercibida posible, pero mi intento falla, como todos los días. Mundo, te cuento un secreto... odio a las personas que llaman la atención, que lo necesitan hacer porque les sube su ego o su autoestima o lo que sea, con esto dicho... mundo, ¿por qué me haces esto?. El universo conspira en mi contra en formas que ya no puedo adivinar, y lo hace siempre que puede.

-Buenos días señorita O'Connor, ¿a qué debemos el placer de su presencia esta mañana?- dijo mi profesor, Luis Smith.

Quizás si lo ignoro, me siento tranquilamente y hago como que no existo no me dirá nada.

Pero como siempre me equivoqué.

-Sabes que hacer como que no existes no funciona- me dijo. Mundo, ¿Soy tan predecible?.

-Deme una buena- dije refiriéndome a la pregunta que me tenía que hacer por llegar atrasada.

A todos los que llegaban tarde les hacía preguntas lo más difíciles posibles, pero yo siempre me salvaba por alguna razón del universo que no quiero ni saber. Aunque como a mi me encantaba todo esto, investigaba siempre por mi cuenta (sí, soy un poco nerd), por lo que estaba segura que respondería bien.

-Bueno, veamos... Hoy no será una pregunta, será un ejercicio. Pasa a la pizarra-

Me levante de mi asiento con mala gana y pasé por el lado de Matilda y Cori. Me pusieron su típica cara de "muéstrale lo que tienes" y me guiñaron el ojo.

Me indicó las instrucciones y emprendí mi camino hacia el éxito.

Odio que todos me miren.

Odio estar al frente.

Odio hablar en público.

Odio todo.

Mi ansiedad empezó a resurgir desde el fondo de mi y a mi mente vinieron imágenes indeseadas de ese maldito año. Miraba el pizarrón y trataba de escuchar lo que el profesor me decía, pero la presión que sentía me jugó una tan mala pasada que a mi mente sólo vinieron las risas y miradas de la puta gente que me hizo vivir un infierno. 

-Adela- dijo Smith tocándome el hombro.

Me di cuenta que mi respiración estaba demasiado agitada y mis compañeros de clase me miraban con curiosidad.

Ice Cold Donde viven las historias. Descúbrelo ahora