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"A veces, solo quiero desaparecer"


-Estoy esperando, Asa- le repetía Carlos y Asa cada vez se ponía más pálido.

Podía notar que él no tenía ni la mejor idea de que decir en este momento, y yo estaba igual o peor. La verdad es que quería ayudarlo pero a mi cabeza no llegaba ninguna idea y creo que a la suya tampoco.

-Adela habló conmigo, ella me contó todo- decía Asa y yo lo miraba con mi boca más abierta a medida que pasaban los segundos.

-¿Eso que tiene que ver?- dijo Carlos.

-¿Quieres que te recuerde nuestra conversación, aquí, con todos escuchando?- decía ahora un Asa muy molesto.

-Ven conmigo- dijo Carlos poniéndose de pie y dirigiéndose a la puerta- Pueden irse todos. Ahora-

Asa lo siguió sin decir una palabra y yo no podía entender que estaba pasando. Mil preguntas venían a mi mente en un segundo y Cruela no paraba de molestarme.

-¿Qué le hiciste para que te defendiera así, eh?-

Ahora se había puesto de pie y se estaba dirigiendo hacia mí. Lea estaba a mi lado y permanecía en silencio. Lo único que me dijo es que lo sentía en nombre de su padre, que le gustaría que no me presionara para hablar de mis asuntos.

-¡Habla! ¿Qué hiciste con él?- decía ahora al frente mío, muy cerca debo decir.

-Te aconsejo que te calles- dije lo más neutra posible.

En ese momento pasó lo que nunca esperé que pasara en ninguna circunstancia, en ningún momento de ninguna vida.

Lea.

-¡Ya déjala en paz y cállate de una vez! DIOS, nadie te soporta y estoy agradecida de Adela o de lo que sea que haya pasado que Asa ya no te da ni la hora, enserio-

No podía creer lo que estaba escuchando. Cruela lo único que hizo fue abrir sus ojos, que por cierto pensé que se le iban a salir, y se fue. No dijo nada, no hizo nada, sólo salió por la puerta casi corriendo.  

-Eso fue... ¡increíble!- dije casi gritando a Lea. 

-Eso fue lo más asombroso que he hecho en toda mi vida- dijo riendo.

-Te admiro, enserio. Creí que no podía hacerlo más de lo que ya lo hacía, pero Lea, eres tan fuerte, creo que la persona más fuerte que he conocido en toda mi vida. Sigue así, diciendo lo que sientes en el momento en que lo sientes. No seas como yo... -

-En primer lugar, esto no lo podría haber hecho si no te hubiera conocido. Esto fue gracias a ti, tú me inspiras a decir lo que de verdad pienso, o a empezar a hacerlo. Me has ayudado a saber que puedo defenderme a pesar de todo, sólo por lo que hiciste por mi ese día. Me hiciste querer ser fuerte. Segundo... fue espectacular. Diré lo que pienso mucho más seguido- dijo riendo.

En ese momento entra Asa y Carlos a la sala para tomar sus cosas.

Carlos salió por la puerta sin decir nada y yo seguí me despedí de Lea. Con esa chica no parábamos de hablar en toda la hora que la terapia duraba, cada día. Nos habíamos convertido en amigas sin notarlo y no me arrepentía. Nunca me preguntaba nada de mi ni de mi historia y eso para mí era tan refrescante como lo era para ella que yo la ayudara sin darme cuenta. No nos importaba de donde veníamos, ni que nos había pasado. Era algo tan simple y creo que sin querer ella también me estaba ayudando... a confiar, a creer.

Ice Cold Donde viven las historias. Descúbrelo ahora