"Las estrellas me dicen que brille; el mundo me dice que estoy rota"
-Y lo metimos a la cárcel. Yo y león- dije terminando mi trágica historia.
En estas casi dos horas que he estado contándoles todo lo que me pasó sus caras han cambiado más de lo que pude contar. Distintas emociones se reflejaban en las dos chicas que estaban frente a mí. En todo ese tiempo no habían dicho ni una sola palabra, sólo me escuchaban, y pues se los agradecía un montón. Nunca vi en sus caras un atisbo de decepción o critica. Eso me hacía pensar en que quizás contarles no era lo mejor que había decidido hacer.
-No lo puedo creer- me decía Matilda con la boca abierta y Cori no paraba de sollozar.
-Esa es mi historia. Lo único que les pido es que esto no salga de estas cuatro paredes, por favor-
Obviamente omití muchas partes de la historia, como las cosas que traté de hacerme en ese año en que estuve investigando todo. También omití que estoy tan asustada de perder algo que amo que me niego a amar cualquier cosa, que por eso soy así, fría como el hielo.
-Pero... ¿estás con ayuda?, me refiero a... no sé, vas al psicólogo o tomas pastillas- preguntaba Matilda. Cori seguía sin hablar, solo escuchaba.
-Sufro de ataques de pánico, por eso fui al psicólogo pero no me sirvió la terapia en solitario, la verdad es que nunca le conté nada. Él me derivó a terapia grupal y el psicólogo jefe de mi terapia me hizo ir a otra individual con su ayudante, que aún no es psicólogo. Aún no les cuento nada a ellos, no sé si algún día lo haré-
-¿Te ha servido de algo? ¿Se te han pasado los ataques de pánico?- dice Cori, saliendo de su modo mute.
-No- digo sin vacilar.
Lo único que hizo Cori fue levantarse de su asiento, ir hasta mí y darme un abrazo, seguido de ella, Matilda hizo lo mismo y estábamos las tres en un abrazo grupal. No me lo esperaba, pero debo decir que echaba de menos una muestra de cariño sincera, sólo con ese gesto ellas me demostraron que hice bien en contarles mi historia, y que también puedo contar con ellas. Ese abrazo fue más que mil palabras de aliento.
-Estamos aquí para ti, para lo que necesites- dijo Cori rompiendo nuestro abrazo grupal.
-Gracias por escucharme-
-Tengo una pregunta- me dice Matilda muy seria- ¿por qué te fuiste tan rápido de la fiesta? ¿Te pasó algo?-
-Ah...- No sabía si contarles lo que había pasado, ya era demasiada información como para seguir agregándole cosas malas a todo lo que acababa de decir- Estaba muy borracha y no quería arruinarles la fiesta-
-Pero te fuiste con ese chico, él que hemos visto en fiestas anteriores- me decía Matilda y ya era tarde para tratar de evadir el tema.
-Sí, se ofreció a llevarme-
-¿Cómo lo conoces?- Ahora era Cori la que quería saber todo tipo de detalle.
-Bueno... él es quien me hace la terapia en solitario. El ayudante- dije tratando de descifrar la expresión en sus caras.
-Es lindo, lo apruebo- decía Matilda con una sonrisa pícara.
-Es lindo, hay que decirlo. Pero nos llevamos mal- dije tratando de desviar el tema. La verdad es que Asa me tenía un poco confundida, no sabía si para bien o para mal, pero lo más probable es que fuera para mal.
-Del amor al odio hay un solo paso- dijo Cori uniéndose a Matilda.
Hoy me tocaba terapia con Asa. Las chicas me ayudaron a preparar el almuerzo, ordenaron todo y esperaron a que fuera la hora de mi terapia para irse. Me desearon mucha suerte con Asa y se fueron. Las odié por eso.
Mientras iba caminando no sabía cómo comportarme con él, ni que decir. Después de como resultaron las cosas la noche anterior no sabía que esperar, sería tan incómodo. Sabía que el quería besarme y en ese momento yo también quería (no pregunten por qué, porque ni siquiera yo lo sé, se supone que lo odio) quizás porque algo cambió dentro de mi cuando me ayudó, no lo sé, pero eso complicaría aún más todo y no quiero meterlo en mis problemas más de la cuenta.
Toqué el timbre y subí. Mientras estaba en el ascensor me empezó a doler el estómago, otra cosa que no sé porque pasó.
-Hola Adela, ¿Cómo estás?- dijo recibiéndome con una sonrisa. Él estaba haciendo como si la noche anterior no hubiera existido y yo haría lo mismo. Mejor así, aunque la sonrisa no era necesaria.
-Bien, ¿podemos empezar?- dije lo más distante posible.
-Claro, ¿Vas a cooperar hoy?- dijo observándome, no podía imaginarme que pasaba por su cabeza en este momento.
-¿A qué te refieres con cooperar?-
-Necesito que me cuentes algo de lo que te ha pasado, algo con lo que pueda trabajar para ayudarte a sentir mejor-
Ya me estaba quedando sin excusas, ya no podía seguir evadiendo el tema. Fui una tonta al creer que iba a poder pasar todo este tiempo sin hablar de todo lo que me pasó.
-Tiene que ver con mi familia- dije mirando el suelo, sin saber cómo comportarme. No podía mostrarme triste ni menos llorar. Tenía que demostrar que estaba mejor para que me pudieran dar el alta y si contando fragmentos de mi historia podía salir de aquí, lo haría.
-¿Tus padres?-
Mierda, porque no puede quedar satisfecho con lo que le dije, porque tiene que seguir indagando.
-No quiero hablar del tema- dije y ahí quedó mi intento de aparentar que estoy bien.
-Está bien. ¿Lo que pasó hizo que te hicieras daño físico?-
-Sí- Mierda ya no puedo seguir hablando de esto.
-¿Qué tipo de daño?-
-¿Qué crees tú?- mi paciencia ya estaba en el límite y eso que recién habíamos empezado.
-Sabes, creo que esto es mucho por hoy- dijo poniéndose de pie y yendo hacia la cocina- ¿me ayudas?- dijo asomándose por la puerta.
-¿A qué?- dije reticente, esto era demasiado raro para mí.
-Bueno, tengo hambre y podría apostar que tú también- dijo con una sonrisa.
-¿Por qué eres así conmigo? Si antes me odiabas-
-Nunca te odié, sólo no te soportaba-
-¿Y qué cambió ahora?-
Él no podía ser así conmigo, no podía tratarme bien. Tenía que odiarme, haría que me odiara si era necesario. No puedo arrastrarlo a mi desastre, ya lo hice con Matilda y Cori y aunque me siento bien al haberlo hecho siento que las metí a mi infierno y que van a salir heridas, y si puedo evitarlo con Asa, lo haré, cueste lo que cueste.
-Que ya no me caes tan mal-
-Pues tu a mi sí- dije tratando de olvidar todo lo que ha hecho por mi- No creas ni por un segundo que porque me ayudaste ahora nos llevamos bien o somos amigos- "Te estoy salvando" pensé- Estoy prácticamente obligada a contarte mis cosas, y que me hayas ayudado solo dice que eres una persona decente, que lo hubieras hecho por cualquiera. Eso no quiere decir que signifiques algo para mí o que confíe en ti- dije acercándome a el- Aléjate de mí...- dije mirando sus ojos azules. Enseguida me di media vuelta y fui hacia la puerta, escapando lo más rápido posible de toda esa situación.
Él no me siguió y agradecí a todos los astros por eso.
Lo estás salvando, Adela. Recuerda eso.
Creo que esto me iba a resultar más difícil a mi que a el.
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Ice Cold
Teen FictionMi nombre es Adela O'Connor y estoy vacía. Completa y maravillosamente vacía. Que hermosa forma de empezar ¿no? ¿Quieren saber de mí? ¿Qué me pasó? ¿Por qué soy así? ¿Que hizo ese chico para alejarme de todo lo que conozco y cambiar mi vida por co...