🍂 VEINTITRÉS 🍂

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La falsedad puede ser un buen aliado

Cuando Gerard abrió los ojos, un sabor amargo y nauseabundo inundó sus papilas, inmediatamente recordó lo que había pasado.

Lágrimas ardientes descendieron por sus mejillas. Todo su cuerpo dolía, y si no fuese porque Frank estaba a su lado, seguramente estaría sollozando y quejándose del dolor.

Sus pensamientos estaban revueltos, y solo había uno que estaba aferrado a su cabeza.

¿Por qué Frank le había dicho Gerard?

Los días que llevaba ahí, siempre le había dicho Grecia. Entonces, por qué cuando lo atrapó le llamó por su nombre.

Maldijo por lo bajo e intentó levantarse, tenía unas ganas inmensas de limpiarse el horrible sabor de boca.

—Oh, ya estás despierta —dijo Frank.

Gerard sintió un escalofrío y se paralizó. Frank volvía a referirse a él como mujer. 

El pelirrojo no contestó, tenía tanto miedo.

¿Qué pasaba exactamente por la cabeza del pelinegro?

—Quiero bañarme —dijo Gerard sin voltear.

Frank no esperó más. Se levantó de la cama plantando un beso en la espalda de Gerard y se adentró al baño para prepararle la ducha.

Las lágrimas volvieron a caer.

¿Qué debía hacer? ¿Comportarse como su pareja para no recibir otra golpiza?

It's Her [Frerard]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora