Ya corrían épocas futuristas en el mundo, vejestorios como Rubén ya no tenían cabida en la sociedad moderna que se alzaba alrededor de todo el mundo, era un hombre de tradición y muy temeroso en asuntos que muchos científicos resolverían con curiosidad e ingenio, es cierto que el ser humano es capaz de razonar y buscarle explicación a todo, pero él convenía que había cosas que era mejor dejarlas quietas. Ya para aquellos investigadores no era raro el tener que demostrar que Dios muy probablemente no existiese, o que los espíritus y los malos augurios eran simples supersticiones, Rubén aunque no estase de acuerdo con ocurrencias experimentales tan osadas, siempre miraba atento las noticias para enterarse de los recientes hallazgos científicos, su preferencia hacia dichos acontecimientos se basaba en su amplia carrera como investigador. Era un hombre de ciencias ya jubilado hace un tiempo, el cual sería invitado a una reunión en conmemoración al progreso tecnológicos de los últimos años un domingo por la noche. Ya dentro de el establecimiento socializó con algunos de sus similares, mientras se daba cuenta de las burlas que le propiciaban algunos de los jóvenes científicos que no comprendían su miedo ante algunos aspectos de las investigaciones modernas, él con gran indiferencia y clase no prestaba atención a los insensatos.
En el transcurso de la noche hubo un brindis y muchos aperitivos para todos los invitados, tras unos momentos de degustación y bebidas Rubén pidió la ubicación del baño, en una mansión tan extensa y de pasillos tan largos era difícil no perderse, pero logró llegar y descargar sus fluidos en el urinario, al lavarse las manos y salir notó sonidos extraños a unas cuantas puertas de distancia, aquel señor no era tonto, conocía a la organización anfitriona y la verdad no les tenía mucho aprecio por su pragmatismo de conseguir lo que quieren justificando hasta los medios más turbios, aquella empresa tenía el nombre de Dominicus Tech. Al adentrarse en la habitación pudo notar que el extraño sonido provenía de un árbol que chocaba sus ramas con el exterior del recinto debido al viento, pero lo que le llamó más la atención fue una tablet encendida en el escritorio, era curioso que un hombre que criticase a otros por ir a donde no lo llamaban estuviese escudriñando en propiedad privada, en un torpe intento por manejar el dispositivo se abrió un documento de video que jamás debió haber visto, se mostraban hombres y mujeres siendo sacrificados en grandes altares con equipos tecnológicos incrustados, el desconcierto de aquel hombre fue mayúsculo, pero lo fue aún más cuando logró ver fragmentos de una serie de experimentaciones que involucraban el estudio de las maldiciones y los rituales satánicos, con cruda evidencia de la participación de la empresa Dominicus Tech, su curiosidad había llegado a ser perversa, lo interesante era que esta corporación había surgidos entre las desgracias y las malas rachas de otras, como si tuvieran a alguien conspirando a su favor.
Indagando un poco más Rubén pudo observar que los recientes secuestros "alienígenas" no eran una obra de otro planeta, tenían una nave parecida a un OVNI que cumplía con sus recados de traer carne fresca para sus oscuros experimentos. Cuando llegó a echarle una vista breve a los animales híbridos que habían creado en forma de aberraciones fue interrumpido por uno de los jóvenes científicos que se mofaban de él hace un rato.
-Hola profesor-dijo el joven
Rubén altamente sorprendido solo lo pudo llamar monstruo al instante, y dicho monstruo sacó un arma obligándolo a entregar el dispositivo que poseía, tras entregárselo el jubilado científico pensó que iba a morir por la curiosidad como el gato, pero el hombre armado lo invitaría a terminar la velada e irse tranquilamente, le impuso la única condición de que no dijese nada a nadie de lo que había visto, aquel desconcertado hombre pasó el resto de la noche en su hogar maquinando cómo hacer que esos perturbados dejaran de hacer esos repugnantes actos. En un decidido acto de valor decidió llamar a su amigo Rómulo de la fuente noticiera más importante del país, acordó encontrarse con él al día siguiente temprano en su oficina para que le contase lo que sucedía, pasaron unos minutos de silencio absoluto en su solitaria casa, y cuando se disponía a dormir pudo observar una sombra sentada en el viejo sofá de la habitación.
-¿Quién anda ahí?-dijo Rubén levantándose de golpe
Las luces estaban apagadas, pero de pronto todo empezó a descontrolarse y a enloquecerse, los libros caían, los banquitos rodaban y las luces parpadeaban, cuando se detuvo aquella locura la figura invitó a Rubén a sentarse a charlar con él, sus alrededores parecían estar aislados, nadie escuchaba, nada eléctrico funcionaba y los caminos de azufre lo dirigían justo hacia una silla en la sala de su casa. Sin más opción decidió sentarse y escuchar a la criatura que yacía allí,con profundos y hundidos ojos amarillentos, con colmillos gigantes y lengua de serpiente, el terrorífico adefesio lo observaba de manera disgustada, como si hubiera sido enviado por Dominicus Tech y lo hubiese estado vigilando todo el tiempo.
-¿Sabes por qué esa empresa acude a mí cuando tienen un problema?-dijo la criatura
Rubén quedó enmudecido, aún estaba aterrorizado por el aspecto de aquella cosa que se recostaba en su mueble desplegando su olor y putrefacción sobre él, tras un largo silencio la pregunta no fue respondida y el escalofriante personaje decidió responderse a sí mismo con cierto siseo.
-Porque soy el único que nunca falla y mi precio es accesible-replicó la criatura
Rubén solo pudo persignarse mientras escuchaba las palabras de aquel monstruo, cuando se decidió a romper su silencio solo pudo recriminarle a Dios y rezar porque se marchase la horrible manifestación que tenía de frente.
-Aquí Dios no tiene voz ni voto, al aceptar no decir nada de lo que viste e incumplir tienes un problema conmigo-afirmó la criatura
El hombre no aceptó pero tampoco negó que iba a cumplir con su palabra, se quedó inexpresivo esperando que se marchara el demonio que compartía su espacio, aquella cosa solo sonrío y se despidió dejando una clara advertencia, al día siguiente dudaba si compartir la noticia con Rómulo o tragarse el cuento y evitar problemas con entidades demoníacas, por un momento pensó que la salida fácil era mejor, pero después recordó todo el sufrimiento de personas y animales que había visto. Partió hacia la empresa noticiosa desde donde planteó a su amigo todo el problema, en primera instancia obviamente no le creyó, pero lo que ninguno sabía era que aquel zorro viejo algo tecnófobo había conseguido copiar la información en un dispositivo de almacenamiento antes de ser interrumpido.
A los pocos minutos la noticia recorrió el mundo, las autoridades policiales encarcelaron a todos los trabajadores, menos al grupo de jóvenes científicos que eran directamente responsables, seguían desaparecidos. Al cabo de dos días Rubén despertaría con un gran dolor de cabeza atado a una superficie con un pentagrama dibujado. Los iracundos científicos querían cobrar venganza por la quiebra de la compañía, y no entendían como aquel viejo había superado la resistencia demoníaca, parecía el fin para el multigalardonado profesor, nadie conocía su paradero y los hombres ya preparaban una espada para asesinarlo y manchar de sangre la marca demoníaca, uno de ellos tomó dicha espada y al estar a pocos centímetros de atravesar el corazón de Rubén se detuvo, no se movía, estaba paralizado.
Los otros tres participantes también se encontraban inmóviles, como si estuvieran bajo alguna atadura y tras unos pocos segundos empezaron a retorcerse de dolor mientras se les rompían uno a uno cada hueso de sus cuerpos, por obra de una especie de fuerza invisible. Terminaron los cuatro personajes triturados y muertos por las hemorragias al encontrarse sus costillas todas clavadas y rotas dentro de los órganos vitales. A los pocos segundos apareció la repugnante criatura con la que había charlado noches atrás, y con un gran suspiro de alivio empezó a agradecer a la criatura, que solo pudo reír y decir que no iba a salir con vida del recinto, Rubén no lo entendía ¿A caso lo había salvado para matarlo él mismo? El atado hombre se cuestionaba el por qué no lo había asesinado aquella noches si sabía que iba a delatar a sus hombres de culto.
-Porque ya estaba cansado de esos científicos, que creían ser superiores a mi poderío, queriendo tratarme como una herramienta cuando puedo hacer muy fácilmente cosas como las que acabas de presenciar. Ya me presentaré con otros adeptos que me presten un culto más respetuoso y satisfactorio, para luego asesinarlos por simple placer- dijo la criatura
Ya no había esperanza para Rubén, el demonio tuvo la bondad de preguntarle cuáles eran sus últimas palabras, y no pudo evitar la oportunidad de rogar por su vida y rezar teniendo la hoz de la muerte en su cuello, súplicas que serían inútiles ante la expulsión de lava sobre el cuerpo de Rubén que expediría desde su boca, provocando terribles chillidos de dolor mientras lentamente el líquido consumía su piel y sus huesos hasta desintegrarlo completamente.
-Admiro la curiosidad humana, pero admito que llega a ser tan profunda que se suelen topar con terribles descubrimientos, como por ejemplo... Yo- finalizó la criatura para luego desvanecerse
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El Bastión de los Relatos
Short StoryUna recopilación de cuentos y ensayos que abarcan distintas temáticas. Teniendo como objetivo entretener a los buenos lectores.