Segunda Temporada, cap XII

410 37 5
                                    

Todos abandonaron la casa de la rubia, incluida su hermana que se fue con alguno de los chicos. El silencio se volvió ensordecedor y su pequeña mascota no estaba por la labor de jugar.

El sonido de las llaves abriendo la puerta la pusieron alerta, haciendo que levante dispuesta a echar a quien sea que entre.

-Ignacio te dije que te vayas de acá.- Pero quién entraba no era ni su ex o actual, ni ella sabía que era, ni su hermana.- Que haces acá?.- Se quedó inmóvil, confundida.

-No puedo venir a verte? Al medio día estuve ocupado.- Abrió los brazos esperando que la rubia se acerque y salte con un poco de dificultad a sus brazos.- Parece que no te veo hace mil, boluda. Estas hermosa.- Ella sonrió frente a las palabras de su amigo y volvió a abrazarlo, esta vez dejando que toda la tensión y el estrés salgan en forma de lágrimas.

-Te necesité tanto, llegaste en el momento justo.- Sin perder tiempo se sentaron a comer lo que trajo el chico y la rubia empezó a contarle sobre su nueva hermana, evitando el tema de Ignacio.

-Ahora..no te hagas la distraída y decime qué pasó que Nacho. No estás bien y se nota.- Fue casi una misión perfecta, pero el la conocía tan bien que ella debió imaginarse que no se escaparía tal detalle.

-Es medio complicado de explicar. Prefiero que sigamos hablando de vos.- El morocho negó y la miró fijo hasta que empezó a hablar.- Quiere que nos mudemos a otra provincia.- Los ojos de su amigo se abrieron a más no poder y se atragantó.

-Ccomo? A donde?.- Julieta quiso reír por la reacción del chico a su lado, ya que fue la misma que tuvo ella.

-Córdoba. Ahí está el problema; le dije que no.- Asintió comprendiendo la situación. Ella se negó, el se enojó y drama, como siempre.

-En realidad supuse que ibas a decir que si, digo, es el Augenuino y querés estar con el.- Algo dentro de ella se encogió. Siempre sintió esa necesidad de hacer todo con tal de estar a su lado. Pero esta vez no.

-Es que..estoy cansada de cambiar por el. No quiero dejar toda mi vida acá por un capricho de el, porque es eso. Un capricho. Yo tengo mi trabajo, mi hermana, a ustedes, a mi suegra. Y no voy a dejar todo esto otra vez.- El le indicó que siga y ella asintió.- Estoy cansada, también, de perder y llorar. Siento que me vive tocando las heridas y no me deja sanarlas nunca.
Lo peor es que me pone en un dilema. Mi cabeza me dice una cosa, pero mi corazón otra. Y siempre sigo a la cabeza, siento que el corazón me va a hacer equivocar. Pero ahora siento que sino sigo a mi corazón me voy a arrepentir. No quiero ser alguien que no soy, no quiero fingir.- Dejó de hablar para no dejar salir sus lágrimas y respiró hondo varias veces.

-Hay tantas cosas que decirte con esto, Ju. Primero, quiero que sigas a tu corazón, se que no es fácil, pero hacelo.
Llorar no significa que estes perdiendo, llorar no es ser débil. Significa que hay algo dentro tuyo que todavía siente y ama y le duele y es hermoso eso. Vos tenés heridas, el también, yo también, todo el mundo tiene sus heridas. Algunos las sanan, otros las dejan a simple vista y otros, como Nacho le ponen una curita.- Julieta levantó la mano, como pidiendo permiso para interrumpir, dando ternura al más alto.

-Cual es la diferencia entre esas tres heridas?.- El se acomodó bien frente a ella, para explicarle las cosas

-Cuando la herida sana queda como una cicatriz, igual que esta.- Toco despacio la pequeña cicatriz en el ojo de la rubia.- Ya no te duele, no te molesta, pero está ahí recordándote que no hacer. Después están las heridas que dejas "libres". Esas que no tapas y dejas que todos las vean, como tus heridas. Después está Nachin, que tiene una herida enorme aún abierta y que él cree que poniendo una curita de dos centímetros en una herida de siete, va a lograr que deje doler. Y a veces, hay que dejar que las cosas sanen solas.- Secó las lágrimas de la chica que lloraba y siguió hablando.- Seguí a tu corazón, no pienses en lo que va a pasar mañana. Mientras vos te sentas a pensar, la vida te pasa por al lado y no te enteraste, rubia. Y tomes la decisión que tomes, acá estoy yo para ayudarte. Como siempre.- Y sin esperar más, Julieta se tiró encima de Daniel, envolviendo sus brazos alrededor de su cuello. Lo había extrañado inclusive más que lo que extrañaba a Ignacio en este momento y eso la asustaba.

🔥 Burning 🔥Nacho Augenuino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora