Segunda Temporada, Cap XV

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El silencio reinaba el departamento, Ignacio entraba dejando la mochila que trajo con la intención de estar solo un día.

Julieta salía de bañarse, con una remera cubriendo su cuerpo. Se sobresaltó al ver a Nacho en su casa y se puso nerviosa, era momento de decirle la verdad.

-Amor, como están?.- Se acercó a abrazarla y ella se corrió disimuladamente.

-Que haces acá? Te pedí que no vengas, Ignacio.- Guardó distancia entre ambos e intentó hacerse la dura.

-Vine a arreglar esto. No podemos separarnos.- Julieta se rió ante las palabras de su ex novio.

-Porque no? Vos estás en otra completamente distinta y yo tengo derecho a rehacer mi vida.- Ignacio negó frente a las palabras de la chica.

-No podés rehacer tu vida sin mi, siempre volves conmigo o me llamas. No hagas algo de lo que te vas a arrepentir.- Se odió por dentro al decir eso, sabiendo que no iba a recuperarla de esa forma.

-Mi vida va a rehacerse en el momento en que te vayas. Me lastimas todo el tiempo, Ignacio. Llegué al punto en que me duele pero ya no me importa y es horrible porque vivo esperando que te equivoques.- Caminó hasta la puerta y la abrió.- Y ya no hay vuelta atrás. Quiero que nos dejes a mi y a mí hija en paz y no vuelvas a meterte en mi vida. Pasó lo que pasó, pero ya no hay nada que una relación entre conocidos.- Era la primera vez que no se sentía mal por hablarle de esa forma, se sentía tranquila, libre.

-Vos estás segura de esto? Me voy y no quiero que vuelvas a llamar para decirme que me querés.- La miró esperando que se eche para atrás.

-Nunca estuve tan segura de algo, Nacho. Hasta acá llegué yo. Te juro que lo intenté, pero ya no puedo. Ahora tengo una hija que me necesita bien.- El chico agarró su mochila y salió empujando a la dueña del departamento.

Julieta cerró los ojos al verlo irse y trabó la puerta. Se sentó despacio y acarició su panza, hablando con su hija.

-Esto es por vos, mi sol.- Se recostó en el sillón y cayó dormida en menos de 3 minutos.

Mientras, Castro miraba la puerta con la esperanza de que salga y le pida perdón. Pero sabía que no iba a pasar, así como sabía que algún día iba a cansarse de él.

Por más que lo haya sabido, no podía evitar sentir bronca e impotencia. No necesitaba ser adivino, ella iba a correr en busca de consuelo y estaba seguro de quien la esperaba con los brazos abiertos.

Y aunque su cuerpo arda en rabia, ella merecía ser feliz con alguien que pueda darle la seguridad y estabilidad que necesita. No iba a aceptarlo, lo negaría a muerte porque su lugar era con él, esperándolo en la madrugada y sufriendo por el. Ella debía seguir en esa relación tóxica, porque Ignacio la necesitaba, necesitaba hacerle daño.

🔥 Burning 🔥Nacho Augenuino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora