Cresendia

1- Chica en las nubes

Arrastro mis alas por las calles de la cuidad, otra vez me he quedado sin sueño. No hay nadie fuera, después de todo son las 3am y, aunque ya no hay toque de queda, los habitantes prefieren no salir a estas horas.

Durante los últimos 6 años me han perseguido pesadillas por las noches, cada vez que me despierto llorando o gritando del miedo suelo salir a caminar. Pero no ayuda de mucho, porque me quedo sola con mis propios pensamientos. Pensamientos que solo saben criticarme, y razón no les falta.

A mi joven edad de 22 años soy la única Grayden que no sabe usar su habilidad. Por lo general eso es algo que se aprende con 4 años. ¿Por qué soy incapaz de usar la mía? Después de todo tengo alas enormes, debería poder volar al igual que mi amiga Meize. Pero no lo hago, son sólo unas extremidades de mi cuerpo que no puedo mover a voluntad propia, solo siento cuando alguien la pisa o cuando se están mojando nada mas.

Me siento como una inútil al no poder usar mis alas, lo bueno es que casi nadie lo sabe. Aquí en el Paisone es de mal gusto preguntar sobre las habilidades de los demás, es visto como algo de mala educación.

Si tan solo pudiera mover una pequeña pluma marrón de mis grandes alas de halcón. Pero no puedo, solo son un lindo objeto decorativo. En realidad son un muy bonito objeto decorativo, mis alas son grandes, más altas que yo como por 8cm con afilados picos en la cima; son tan largas que las arrastro en el suelo al caminar, sus plumas marrones y doradas brillan a la luz de la luna. Apesar de su tamaño no son un estorbo.

Alzó la vista del suelo y la fijo en la torre de Miserati. El reloj marca las 3 y tres cuartos, será mejor que vuelva a casa antes de que mis padres se enteren de que me fui. Aunque nunca se enterarían de no ser por nuestra vecina Ester.

Ella es una vieja Veltro, amargada porque fue desterrada de la gran capital por hacer enojar a unos nobles. Su habilidad es poco comun entre los Veltros. Puede ver atraves de las paredes u objetos, siempre y cuando no sean metales. Se dice que vendía su habilidad; información a cambio de dinero. Aunque ahora solo es chismosa porque si. No es como que pueda sacarle mucho dinero a la clase baja.

Al dar la vuelta para volver a casa y quedo pasmada ante la imagen que ven mis ojos. Es una sombra, una gran sombra de casi dos metros de alto, que me observaba a distancia, o al menos eso parecía. No muevo ni un músculo del cuerpo y parpadeo un par de veces para ver si me falla la vista, mas la sombra sigue ahí

Espero que no sea un Agente de Orden (AO), si me encuentran fuera de casa a estas horas podrian inventarse cualquier excusa para hacerme daño. Mas la sombra no parece moverse. Me dispongo a caminar lentamente hacia mi casa, con mucho cuidado de no perder eso de vista.

Casi al llegar a la esquina veo como empieza a acercarse hacia mi. Con un nudo en la garganta me quedo extremadamente quieta. Cuando esta lo suficientemente cerca pude darme cuenta que ni siquiera estaba mirando a una persona. No tenia cuerpo fisico; lo que a lo lejos parecia una masa de nube negra era exactamente eso.

Empiezo a dar pasos dudosos hacia adelante. Estaba claro que no era un AO. Era algo mas, y a pesar de que no poseía ojos, tenía la sensación de que me estaba mirando.

- Cressendia - era mi nombre. El susurro no parecía venir de ninguna parte

Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, los pies me pesaban como rocas. ¡Vete! ¡vete! ¡vete! Me decía a mi misma, pero mi cuerpo no cedía ¡Maldición! La nube se condenzo y se estiro para tocarme, algo parecido a una mano acaricio mi mejilla y sentí un choque de electricidad lo suficientemente intenso para hacerme reaccionar.

Empecé a correr de camino a mi casa. ¡No mires atrás! Pensé Y así lo hice, no mire por mucho que me diera curiosidad no mire, solo corrí hasta llegar a la puerta de mi casa. Al entrar las luces seguían apagadas, significa que mis padres aún dormían Pasé por el largo pasillo entre la sala y la cocina, hasta llegar a mi habitación.