Capítulo 10

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Luego de habérselo enseñado a John, el me miraba tan detenidamente que me hizo sonrojarme.

-gracias, Candy, le contare todo a los chicos cuando vuelva.
En eso escuche murmullos.

-señorita.

-apartate quiero entrar a mi cuarto -gire hacia la puerta era la voz de Eliza.

-Eliza -estaba asustada

-¿que es lo que pasa aquí? -Eliza estaba con los brazos cruzados mientras posaba su mirada en John y en mi.

-¿quien es ella? -preguntó John.

-Eliza.

-¡tu hermana!

-¡no somos hermanas! ¿quien ese chico tan harapiento?

-es John, vino desde el hogar de Pony para verme.

-ahora entiendo porque esta tan sucio, Candy sal de aquí y saca a ese harapiento.

-¡Eliza!

-mamá, mira lo que a hecho Candy.

-Candy, tienes visita.

-¿visita?.

-puedes bajar con eso vestido.

-pero mamá, es mi vestido.

-¡cayate!.

Baje corriendo a ver quien había llegado a verme, al entrar a la sala pude ver a la hermana Maria, estaba muy feliz.

Aunque la hermana Maria fuera muy joven la consideraba mi madre.

-Candy. Pareces una dama.

-hermana Maria -corrí para abrazarla.

-Candy, John se escapo.

-¡John! -lo llame para que entrara y así lo hizo.

-hola.

-imagine que estabas aquí.

Luego de aver conversado mucho con John y la hermana Maria, la señora Leagan me llamo para indicarme que podía dormir en el cuarto de Eliza, estaba asombrada no sabía porque lo hacia. Luego la hermana Maria me indico que fuera a buscar a John que había salido a jugar con Clin, al salir a buscarlo vi que estaba en el establo.

-lo encontraste.

-Candy, no eres una señorita.

-si que lo soy.

-¡No!

-soy mucho más noble y buena que otras señoritas que conozco.

-Candy, nos mentistes, nos viste las caras de idio.

-¡John!, ¿tu eres un hombre?

-si, desde que nací.

-¿entonces puedes guardar un secreto?

-¿quieres decir que no le cuente a la hermana Maria?

-¿podrias?

-ehh, bueno.

La noche había caído, estábamos ya acostados, me toco compartir una cama con John, la hermana Maria se encontraba en otra cama a la par de nosotros.

-Gracias a John podemos dormir juntas.

-si, gracias a el, ya esta dormido.

-Candy, estoy tan contenta, y la señorita Pony también se alegra.

-por favor digale que soy muy feliz.

-¡Hermana Maria, Candy no es..! -me lance enzima de John para taparle la boca.

-no hables en sueños.

-Candy no es feliz.

-eres un hombre, lo prometiste -le susurre- John se libro de la costumbre de mojar la cama pero ahora habla en sueños.

Al día siguiente salí a despedirme de John y de la hermana Maria.

-lamento a verla molestado, gracias por todo.

-siempre será bienvenida si quieres ver a Candy otra vez Visitenos, cuidaremos bien a Candy, no se preocupe por nada.

-Muchas gracias.

-use nuestro automóvil.

-oh no, es demasiado.

-porque no los acompañas parte del camino Candy.

-si -subimos al coche, en el camino nos encontramos con Freddy y Alan, que venían atrás en su auto.

-¡Candy! -gritaba Alan.

-¿amigos tuyos?

-si, Alan y Freddy, pare por favor.

Nos vajamos a saludarlos.

-mucho gusto -dijo Alan.

-igualmente.

-Alonso no esta aquí. Pero somo tres los paladines que cuidamos de Candy.

-me gustaría hablar a solas con Candy, si no les molesta.

-es lo común entre mujeres...

-¿de que me quiere hablar?

-Candy, No te desanimes.

-¿que?

-pensaba llevarte conmigo al hogar.
-¿sabia la verdad?

-Candy, podemos mentir pero las manos nos descubren -tomo mis manos -los hechos de nuestras vidas, se reflejan en las manos.

-¿en mis manos?

-quería llevarte, pero no lo are, tienes amigos aquí: el cocinero, el viejo jardinero, la mucama y hay más que te quieren.

-¿como se entero?

-no importa, y ellos también son tus amigos, volteo a ver a Freddy y Alan, que jugaban con John.

-si.

-la verdadera felicidad no esta en tener un hermosos vestido de fiesta, ni tampoco habitar un lindo cuarto, la verdadera felicidad consiste en tener muchos amigos.

-hermana Maria -los ojos se me llamaron de lágrimas.

-estoy convencida de que eres mucho más feliz que Eliza.

-he, si, soy feliz.

-vuelvo al hogar más tranquila...

-Alegrate Candy -me indico la hermana Maria.

-si llegan hacerte daño yo vendré a pegarles.

-no te preocupes John, nosotros la cuidaremos -respondió Alan.

-gracias -ellos se fueron.

-parece muy buena.

-es una madre para mi, Freddy.

-pero la hija es una revoltosa.

-¿¡que dijiste, Alan!?.

-¿quieres que te diga algo de Alonso? -pregunto Freddy.

-¿Alonso?.

-desdé ayer que esta muy raro.

-¡por mis manos!

-¿que?...

Llegue al establo,me sente en la cama mientras miraba mis manos. ¿se habrá sorprendido de ver mis manos?.

-¡hola, Candy! -era la voz de Alonso -siento mucho lo de ayer -dijo mientras entraba.

-¿porque?

-porque estuve mal en hacerte cargar cosas pesadas sin pensar que trabajas tanto durante el día, por favor toma esta rosa que plante yo -era una rosa roja muy hermosa -te prometo una más hermosa para tu próximo cumpleaños.

-gracias -tome la rosa- pero la verdad no se en que fecha nací.

-bueno esa sera, nuestra próxima cita.

-Alonso -estiró las manos hacia mí, mientras me sonría.

Me puse de pié y se las tome, Alonso me hacia sentir tan bien.

-sera la próxima vez que nos veamos -yo solo asenti, mientras sonreía

Vuelve a mi lado (CD9 y Candy) >Publicando<Donde viven las historias. Descúbrelo ahora