Bien, después de quedarme hablando con Derek durante un largo tiempo, fui a buscar a Sophia.
- ¿Dónde estabas? Tuve que aguantarme a Ally hablando durante una hora sobre la canción su quiere bailar con Derek- dijo ella.
- Ah si, la canción, Derek no sabe bailar, yo le ayudare- dije desinteresadamente para ver como reaccionaria.
- ¿A cambio de que?
- De nada, somos amigos otra vez.
Apenas dije eso, mi amiga salto sobre mi como siempre lo hace, gritando eufórica, de verdad era importante para ella. No pude evitar reírme.
- Esto es increíble, ahora si podremos estar todos juntos en un mismo lugar- sonrió.
- Así es, ya no tienes que partirte en dos- devolví la sonrisa.
Me quede hablando con Sophia durante un largo rato, luego ella me hizo irme porque estaba muy cansada.
Al llegar a mi habitación me tire sobre la cama y me puse a pensar en todo lo que había pasado con Derek hoy, el verlo tan vulnerable era como volver a cuando éramos niños. Sin embargo el ahora tenía muchas facetas, era amable, luego fastidioso, luego engreído, después un amor, no se que tan malo podría ser eso, lo único que se es que en menos de una hora le cogí cariño.
Estaba en medio de clase de inglés con unas amigas hablando y mi celular empezó a sonar:
'Derek Danforth llamada entrante'
- ¿Hola?
- Hola Caro, quería saber si hoy podemos empezar a practicar el baile- dijo Derek.
- Claro que sí... Pero estas al otro lado del salón ¿era necesario llamarme?- voltee a mirarlo.
- Claro que lo es, esto será ultra secreto- me miro de vuelta.
- ¿Puedes a las 3? Señor ultra secreto.
- Será a las 4, tengo fútbol señorita bailarina experta.
- Bien, tendré que ir a verte practicar- hice cara de aburrida.
- Como si no te murieras de ganas de verme sudado- me guiñó el ojo.
- Sólo cuelga idiota- me reí.
- Bien, te quiero- colgó y sonrió.
Está es la clase de cosas que no entiendo de Derek, siempre haciendo lo menos pensado, si era así de bueno para improvisar, algo debería saber sobre bailar, o eso creo.
Eran las 3:30, parece que hoy, viernes, todos tenían planes, por más aburridos que fueran. Fui al campo de fútbol y me senté en las gradas, vi a muy pocas personas sentadas mirando la práctica, seguramente novias de algunos. Saqué un cuaderno y empece a dibujar, no entendía nada de este deporte, luego alguien puso sus manos sobre mis ojos.
- Adivina quien soy- dijo el misterioso.
- No lo se- dije colocando mis manos sobre las de el.
- Te olvidaste muy rápido de mi voz, tendremos que hablar más seguido preciosa- exclamo el.
- Michael Smith, mi compañero de biología- se me formo una sonrisa en el rostro.
A pesar de lo poco que hemos hablado, este chico de verdad me interesaba, algo en su forma de ser me atraía muchísimo. Siempre que tenemos clase juntos, nos quedamos mirando por un largo tiempo, hasta que alguno de los dos sonríe.
- Hola ¿que haces aquí? Creí que no te gustaba este deporte- dije.
- Odio a los de este equipo, pero si me gusta el deporte- hizo una perfecta y pequeña sonrisa.
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