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30. ¿Ella me sigue amando?

Narrador omnisciente.

Jinx tocó en la puerta de Justin para después oír un pequeño «adelante», empujó a un lado la madera blanca y suspiró al ver a Justin tendido en su cama, mirando el techo y lanzando una pequeña pelota de arriba abajo.

Estaba haciendo la misma cosa que Jinx lo había visto hacer esta mañana a las diez, y ahora mismo iban a ser las seis y media.

—Hermano, tienes que levantarte —anunció Jinx a un Justin de apariencia cansada.

Habían pasado dos días desde el gran discurso que Aria y Justin se dieron el uno al otro, y decir que había sido una bofetada en el rostro para Justin era una manera sutil de describirlo. 

—No quiero —respondió Justin tragando mientras lanzaba la pelota hacia arriba y la veía caer de regreso hacia él.

Repitió la acción una y otra vez, y Jinx exhaló.

—Vamos, hombre, todos los chicos te esperan abajo y has estado encerrado en tu habitación por dos días, así que ¿por favor? —dijo Jinx y Justin suspiró, dejando a un lado la pelota.

Se pasó una mano por el cabello desordenado y se incorporó, Jinx le sonrió, sabiendo que iba a socializar en vez de estar deprimiéndose en su habitación. Justin bufó, levantándose, y se pasó por la cabeza una camiseta con cuello en «V» antes de tomar su teléfono y salir detrás de Jinx.

—Ay —dijo Tevez, contento de ver a Jinx seguido de Justin.

—Hola —dijo Justin rascándose ligeramente el cuello, el vacío que estaba sintiendo ahora lo mataba poco a poco. Sin embargo, y todos lo sabían, estaba poniendo una cara valiente.

—¿Cómo te sientes? —le preguntó Alex a su hermano menor, y Justin se encogió de hombros sin querer mirar nadie a la cara.

—Podría estar mejor, supongo —murmuró, tragando duro cuando le comenzó a doler el pecho, pero hizo a un lado el dolor antes de hablar—. ¿H... Ha um... ha alguno de ustedes hablado con ella? —preguntó Justin y Bradley contestó:

—Ellie, pero ahora mismo está con ella, así que... —Justin asintió, succionando sus labios antes de dejar salir un suspiro y meter sus manos en los bolsillos de sus pantalones de baloncesto.

—Vas a ir al viaje, ¿cierto? —preguntó Johnson, y Justin lo miró con confusión—. Para mi cumpleaños, es el viernes, así que salimos mañana —informó él y Justin asintió, distraído.

—Uh, entonces yo debería, uh, debería empacar —anunció y Jinx suspiró mientras veía que Justin se alejaba de la cocina y trotaba por las escaleras.

—Será un viaje largo, eso es seguro —comentó Bradley pasándose una mano por el cabello, viendo que Tevez asentía.

—¿Está mejor? —preguntó Ellie a Grace en cuanto entraron a la cocina.

—No —replicó suspirando y Ellie frunció el ceño—. Está tan callada... Es extraño —admitió, y Ellie soltó aire.

—Deme dos segundos —pidió, y Grace asintió para después ver a Ellie trotando por las escaleras.

Caminó por el pasillo y tocó la puerta de Aria, oyendo unos pequeños sorbidos provenientes del otro lado. Tan pronto como se oyeron los golpes, los sorbidos pararon y hubo un silencio de muerte.

—Aria, soy yo —anunció Ellie con suavidad y Aria tomó aire, pues el llanto la había dejado sin aliento.

Se incorporó, limpiándose los ojos en un intento por deshacerse de la evidencia de su llanto, pero, conociendo a Ellie, incluso por haber llorado por dos segundos ella lo sabría.