Capítulo 4

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“Estoy bien, Estoy bien… esas dos palabras te llevarán a caer en un abismo donde nadie puede salir vivo

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“Estoy bien, Estoy bien… esas dos palabras te llevarán a caer en un abismo donde nadie puede salir vivo.”
-Anónimo.

Mis piernas no podían más y mis brazos tenían las venas resaltadas, traté de darle un sorbo a la botella de agua y tragarmelo pero lo escupí. El agua ya no tenía sabor para mi, el gimnasio estaba vacío y ¿Cómo no?, eran las 10:00 pm y yo estaba aún en la caminadora. Desde el día que Wattson me llamó “Gorda”; esa palabra se incrustó en mi mente, me ejercito 8 horas por mandato de Wattson. La comida no sabe bien para mi paladar, ahora me siento más débil de todo: Física y mentalmente. Estiré mi pierna porque tenía una calambre que me hizo gritar y podía experimentar la sensación de cuando se tensan los músculos. Me traté de levantar pero caí pegando mi espalda en unas de las máquinas de correr, un dolor punzante se clavó en mi espalda.

Tomé mi pequeño bolso y salí del gimnasio a como pude, mis manos temblaban y las gotas de sudor rodaban por mi frente hacia mi sudadera dejando una mancha en él, arranqué y me puse a pensar si tenía todo listo para la gira, faltaban tan sólo 2 días y los trajes que Wattson mandó a hacer eran 3 tallas menos de la mía. En 3 semanas me ejercité más en que en todos los años de mi carrera además de eso tenía que preparar el lanzamiento de un disco y finalizar las canciones donde colaboro con otros artistas, me estacioné y al parecer no había ningún paparazzi. Después de la pelea y la demanda, no se han visto aparecer paparazzis.

Entré al departamento y hace 5 días o más estoy evitando a mi nana Camila, ella en estas semanas me ha servido comida y yo no me la como, la boto y disimulo comermela. He caído en un alto estándar de  restringir la comida o a veces sólo le doy un bocado a la carne, puede ser que en cualquier momento regrese la anemia* pero estoy tratando de evitar que Wattson me vuelva a humillar y para mi él cayó tan bajo… que estaba considerando cancelar la gira pero Layra me ayudó a entrar en razón y además todas las entradas de la gira estaban Sold out*.

Puse un pié en el escalón y no tuve tiempo de sostenerme de la barandilla, caí de rodillas y hace pocos días había padecido estos mareos y a veces la bipolaridad me daba cambios de humor muy drásticos, podía estar sonriendo mientras veía una película o hablaba con alguien y en una hora mi humor decaía y terminaba llorando en mi habitación, y las pastillas de la bipolaridad con la Ritalín ya no daban abasto conmigo. Me levanté y entré a mi habitación, escuché ruido en la planta baja y sabía que era mi nana, busqué el espejo y la verdad me miraba igual, misma cintura, creo que no había bajado nada en semanas; grité llamando a mi nana, en seguida ella subió y me miró con ternura.

—¿Qué pasa, Casey?—Tenía un trapo en su mano.

Me quité la sudadera y la camisa, ella me miró inexpresiva, trató de irse.

—Nana, ¿Cómo estoy?—Le pregunté y ella desvió la mirada hacia sus zapatillas cremas.

—Cariño, creo que deberías dejar el ejercicio. Estás...—la interrumpí.

Ellos te juzgarán de cualquier ManeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora