“La felicidad es la palabra que necesitan todos para estar bien y da esperanza además mediocridad, ¿qué es la felicidad? Es perderlo todo en segundos, sea bueno o malo”
-anónimo.¿Alguna vez han escuchado como late su corazón? Yo sí. Los latidos palpitaban en mis oídos, respiraba poco. Hector no se apartaba de mi lado; sólo tengo que entrar en la casa de mis padres y él se iría, era muy complicado pasar entre tantos fans y paparazzis no dejaban pasar. Un micrófono se estrelló contra mi boca, pegando un poco fuerte con mis dientes.
—Cassandra, ¿reunión familia? ¿buena época para reforzar lazos, no?—aparté el micrófono con la mano.
Sin responder, no cometas delitos. No seas mala, mantente tranquila. Tu puedes, no te dejes.
Repetía en mi mente, tenía un mal presentimiento. No quiero peleas, discusiones, acusasiones o algo por el estilo. Necesitaba un fin de semana sin drama, aunque el drama me amaba. No podía seguir con la vida que había llevado hasta ahora. Hector me dejó en el portón de la mansión de campo. La casa de mi padres, más de diez manzanas de terreno. Un lago, un viñedo y una casa estilo colonial, blanca con pilares. Ventanales de 2 metros de alto y ramos de rosas a cada costado. Una verdadera belleza.
Mire a mi padre salir, me abrazó. Mi hermano venía detrás de él.
—Aceptaste, me alegra mucho que estés aquí—susurró mi padre y reí.
—A mi no. Sólo estoy aquí por él—señalé a mi hermano que corría hacia la casa.
—Me lo suponía, no te pelees con tu madre y estaremos bien—fruncí la frente—Papá, deja de pedir milagros.
Miré la casa, cambió todo. De los colores brillantes y las cortinas rojas, las alfombras azules y el televisor pantalla plana que colgaba en la sala. Todo se hizo aburrido igual a mis padres, blanco y negro, blanco y beige. Los malditos colores se repetían, no había alfombras y el televisor desapareció por arte de magia. Entré a la cocina y bueno… antes eran café los gavetas y ahora todo parece salido de Mr. Robot. Todo a base de tecnología.
Entro la bruja digo… mi madre, igual que siempre. Impecable. Ni un sólo cabello mal puesto; ni el maquillaje corrido. Ni sentimientos.
—Hija, me alegra que estés aquí.
—Deja de mentirte y sé consciente que todo lo que sale de tu boca es mentira.
—Cassandra, ya para.
—¿Para qué, mamá? ¿Para que tengas la oportunidad de atacarme tú?
—Cassandra, ya es hora que bajes la guardia—se acercó y me tomó de la chaqueta.
—Eso más que una sugerencia, sonó como una amenaza—acerté.
—Tómalo como quieras, siempre lo haces—entorné los ojos.
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Ellos te juzgarán de cualquier Manera
ChickLitTodos quieren un pase gratis a la fama, Cassandra Laike lo consiguió, a sus 14 años su fama despegó, con una voz melodiosa y siendo una gran compositora y teniendo una belleza que encanta a cualquiera. Obviamente tenía ganado un lugar en la fama. Pe...