2. Mudanza juntos.

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ACLARACIONES IMPORTANTES BC SON TAN BURLONES 7n7: 1) Es un mundo donde nuestros papis nos quieren y nos dan dinero ;u; 2) Al final me dio flojera poner la letra cursiva en algunas jergas, expresiones y marcas. xd 3)Estaba como flash escribiendo el viernes, por ello algunas cosas van muy rápido (y también me dio flojera esta semana corregir del todo bien, sorry). 4)Somos niños grandes, acabamos de salir del estúpido CBTis (y a penas acabamos de entrar ;---;) 5)No, Fernando aquí no va a morir, lamento decepcionarlos, jkhjgfds. 6)Disculpen las posibles faltas de ortografía, no tengo Word, no hay corrección. ;n; 7)Estás weas "***" indican que pasa tiempo. 8)Ya, a leer.


Los chicos se dejaron caer encima de aquella grande cama, con el cuerpo un poco adolorido y sus respiraciones algo agitadas. Todo esto se debía a una sola, pero importante situación: su mudanza juntos.

Aquel grupo de amigos, en su última salida, acordaron algo, en dónde todos estuvieron de acuerdo (sí, incluyendo a sus familias), irse a vivir juntos al entrar a la universidad. Ellos pensaron que sería divertido y muy práctico, sin dudarlo, lo aceptaron al instante de que aquella idea brotará de los labios de Fernando. Luego de eso, comenzaron los ahorros para comprar su nuevo hogar. Hasta que finalmente lograron conseguirlo.

—Genial —anunció Sebastián, quién no había sido afectado por aquellos movimientos en su nueva casa—. Ya todos nuestros muebles quedaron donde debían, todo en orden —como respuesta, solo recibió los pulgares arriba de los chicos tirados en la cama—. Bueno, veo que están agotados, pero aun tenemos cosas que hacer.

—¿Qué cosas? —gruñó Diana— Hazlas tú.

—Tengo una lista para esas cosas —sonrió orgulloso de su organización, mientras comenzaba a leer la hoja de papel—. Primero era acomodar los muebles, ya quedó. Ahora sigue, asignar habitaciones. Somos seis, y hay solo cinco habitaciones.

—Pido está —se adelantó Miguel—. Así que... Fuera de mi habitación.

Las voces se desataron, con quejidos al mismo tiempo, todos estaban tan cómodos en aquella cama. Hasta que finalmente se levantaron resignados y bajaron a la sala.

—¿Y las demás? —después de que Catherine pronunciara aquello, todos comenzaron a correr a tomar una habitación.

—¡Agh! ¡Yo quería está! —exclamó Fernando, con su típica sonrisa de indignación—. Sal de aquí, Catherine.

—No, que asco, yo no voy a darte mi habitación, sáquese —comenzó a empujarlo, cerrando la puerta en su cara.

Al parecer todos ya tenían su habitación definida, excepto esa jirafa con gafas. Suspiró, ¿dónde iba a dormir? Probablemente en aquel sofá el cuál había bajado minutos antes junto a Miguel.

Todos salieron de sus habitaciones, reuniéndose nuevamente en la sala de aquella acogedora casa.

—Muebles, ya. Habitaciones, ya —Fernando abrió la boca para quejarse, pero Sebastián puso una mano en alto, para que se callara—. Después nos encargamos de quienes compartirán habitación.

—Yo no quiero —se adelantó Diana.

—Ni yo —siguió Cath.

—Menos yo —habló Aylín.

—A mi ni me vean —dijo Miguel.

—Después veremos eso, ahora la lista —rodó los ojos—. Ya quedó todo listo, cada quién desempaca sus cosas.

—Ah, genial, voy a dormir —bostezó Diana, dirigiéndose a su habitación, pero Sebastián tomó su brazo, impidiendo su ida—. ¿Ahora qué? Tengo sueño.

Cebolla©Where stories live. Discover now