7. Muerte 3/¿?

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[ia saben, cursivas = flashbacks]

[btw, otro cap del asco cx]


La farmacia se encontraba frente a ellos, era más grande de lo que esperaban. Sin pensarlo más tiempo, se acercaron con rapidez hasta estar frente a las dos puertas de vidrio. No lograban ver nada hacía dentro, gracias a la nieve y hielo que cubrían aquellos cristales. Signo de total abandono.

—No abre —bufó Cath, luego de intentar empujar y jalar ambas puertas en reiteradas ocasiones—. ¿Algún plan?

—Romper una de las ventanas —habló Aylín al ver las muecas de dolor que hacía Diana, no podían esperar tanto tiempo. El frío aumentaba y a su alrededor todo se tornaba oscuro—. Rápido una roca o algo duro para quebrar.

Comenzaron a buscar con su vista en la blanquezca nieve que cubría todo el suelo. No se dieron cuenta, cuando el ruido de aquel cristal cayendo en mil pedazos interrumpió su acción. Seguido de un forcejeó desde adentro, hasta que finalmente la puerta quedó abierta, gracias al único chico con vida, quién tenía en mano una lata de comida, lo suficientemente dura para lograr quebrar con la fuerza necesaria. De inmediato ingresaron al lugar, estaba frío, oscuro y abandonado sin duda alguna.

Cathy buscó con ayuda de la escasa luz que se colaba, un interruptor para comprobar si había focos o algo. Una vez localizado, lo encendió, pero no funcionó. Soltó un gruñido, mostrando su frustración a los presentes.

—Diana, recuéstate en el piso —ordenó Miguel, echando un vistazo rápido alrededor, ella obedeció—. Consigan luces, debe haber algo, para empezar a sanar esto.

Ambas chicas comenzaron a caminar por los pasillos, tocando de vez en cuando encima de los estantes, para ver si lograban encontrar un medio para iluminar el sitio.

—¡Aquí hay linternas y velas! —anunció Cath, mientras tomaba varias entre sus brazos, Aylín fue a su lado— Trae algunas baterías que están ahí o uno de esos encendedores, por favor.

Caminó rápidamente hasta arrodillarse a lado de los dos, deshaciéndose del empaque de las linternas, lanzandolas hacía atrás, abriendo la tapa de algunas; Aylín hizo lo mismo con las pilas, comprobando el tipo de baterías que se necesitaban, para luego colocarlas correctamente. Sonrieron al hacer funcionar todas. Sin desperdiciar un segundo más, dejaron una linterna a Miguel y ellas tomaron una para cada una, guardando las demás en una mochila, después las necesitarían.

—¿Qué necesitamos para Diana? —cuestionó Aylín a sus amigos, encendiendo nuevamente su linterna, lanzando luz hacía los estantes— Demonios, ¿por lo menos alguno sabe cómo ayudarle? —comenzaba a exasperarse— Debí haber ido con Sebas cuando me invitó a su clase para primeros auxilios.

Al parecer el pánico de Sebastián con aprender algo de esas cosas, hubiese sido bueno, si tan solo siguiera vivo.

—Debemos buscar algo para hacer un torniquete, pequeñas pinzas, alcohol, un recipiente, vendas, algodón, guantes, gasas —Miguel hizo mención de algunas cosas que había visto en aquel vídeo que había visto; antes de proseguir, dio una pequeña mirada a la chica recostada—. Y algo extra para que muerda.

En cuanto terminó su mención, todos fueron en su busca, Miguel tomó alcohol, guantes y un material para hacerle un torniquete, informando a las chicas que eso ya no hacía falta. Nuevamente se arrodilló a Diana, la chica al saber lo que se venía, había seguido a quitar su suéter y cuatro de las blusas de manga larga que llevaba, quedando solamente en aquella blusa morada de manga corta, todo fue con algo de cuidado y rapidez, le dolía tanto el mover su brazo.

Cebolla©Where stories live. Discover now