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Weno, pueh es como un intro, muchas escenas brincadas con "***" porque flojera, al inicio es como la mañana de cada uno. Luego está del aska, tiene dialogo en exceso para que lean y hablen más, duh. Emmh, creo que es todo, don't me maten. uwu 

La alarma se hizo presente en su relajante silencio. Algo somnoliento se levantó, mientras frotaba sus ojos acompañado de un bostezo.

Eran las 5:30 AM, una hora muy típica de despertar para una persona como ella, debía de tomar un autobús que la llevara hasta su respectivo instituto que estaba casi a una hora de su casa, un tanto lejos, pero si iba a estudiar sería en un buen instituto que le ayudara a desarrollar o mejorar ciertas habilidades.

Comenzó a vestirse lentamente, tomando su tiempo, se levantaba lo suficientemente temprano para hacer las cosas con calma y no estresarse, había tomado una buena ducha la noche anterior. Prosiguió a colocarse su falda larga que ante el tacto de sus dedos era muy suave y fresca, luego procedió a ponerse una blusa debajo de su gran saco café que llegaba un poco más abajo de sus rodillas, abrochó las cintas de sus zapatos y finalmente colocó aquello que le daba un estilo peculiar: una boina negra, pero a pesar de usarla, permitía que un fleco recto se posara sobre su frente. Para después comenzar a salir de su habitación.

—Oh, casi lo olvido —regresó a su escritorio antes de salir, tomando su libreta y un par de distintos tipos de lápices con los que dibujaba—. Padres, con su permiso me retiró. Nos vemos por la tarde.

—Ve con cuidado, Michelle.

***

El decir que estaba indecisa era una palabra demasiada corta para describir el estado en el que ella se encontraba. Sus manos sobre su cintura, observando fijamente cada atuendo dentro de su closet, era toda una escena. No sabía si llevar su vestido morado, o aquella linda falda negra que recién había comprado en una de sus boutiques favoritas. Luego de meditarlo por casi treinta minutos, decidió que lo mejor sería usar un blusón de color verde, con un pantalón de mezclilla y sus botas de tacón verdes, ya que el clima era frío. Se tomó el tiempo necesario para colocarse un maquillaje natural, nada exagerado. Su cabello suelto y lacio caía sobre su espalda, acompañado de una trenza que simulaba ser una especie de diadema, era un estilo sencillo y a la vez lindo.

—No es por molestar, pero creo que se te puede quemar la carne —informó un chico menor que ella, ésta simplemente rodó los ojos, se roció algo de perfume y salió a atender las necesidades del hogar.

—¿No te dije que la movieras mientras me alistaba? —enarcó una ceja al chico, quién solo se encogió de hombros y la dejó en la cocina.

Eran las 6:30 AM, aun tenía tiempo de acabar de cocinar, para que su mamá la llevara a clases y no llegar tarde.

—¡Selene!, ¡¿dónde dejaste mi uniforme?! ¡Ayer lo lavaste y no lo encuentro! —la chica se limitó a bufar, sabía el tipo de búsquedas que hacían sus primos, así que simplemente caminó a su habitación para buscarlo ella misma.

***

—¡Despierta, perezoso! —la voz de su madre se escuchó desde el otro lado de la puerta, pero él ni se inmutó ni un poco— Ya está el desayuno.

La mención de comida ocasionó de inmediato que el chico se incorporara de la cama de un brinco, tomó un pantalón de mezclilla azul entubado, junto a sus converse negros y una camisa negra holgada, dejó su cabello desordenado y prosiguió a colocarse un collar de pokemon. Antes de salir de su habitación, tomó a su gato entre sus brazos y las llaves de su auto; bajó a su cocina para tomar un ligero pero delicioso desayuno.

Cebolla©Where stories live. Discover now