5. Muerte 1/¿?

19 3 14
                                    


[Es el capítulo más corto que he hecho del fic, pero lo decidí dividir por partes, o mejor dicho, por muertes, así es, en cada capítulo mataré a uno de ustedes, y sin falta, tendré uno para cada llamada.]


[Ah, y también está del asco el cap cx]


El más alto de los chicos, se acercó hasta quedar de rodillas frente aquella chimenea, dónde tomó un par de palos, acomodando de tal forma que, el fuego que iba a colocar, se esparciera con facilidad, para proseguir a acomodar leña. El proceso iba con lentitud, como poco a poco aquellas llamas ardientes comenzaban a consumir aquellos trozos de madera. Los chicos que, estaban sentados un poco más atrás de Miguel, veían con algo de desesperación las brillantes flamas, tenían demasiado frío como para ser pacientes.

La puerta marrón de la sala, se abrió, para dar bienvenida a Daniel, quién la cerró al instante. Un poco de nieve había logrado entrar, mojando la alfombra que yacía en la entrada. A nadie le importó, mantener su casa limpia se había convertido en su última prioridad desde hacía más de un mes, desde aquellos acontecimientos. El chico se acercó hasta quedar a un lado de la chimenea, dejó caer al suelo dos rejas que cargaba, en ellas se encontraba comida enlatada, frituras y botellas de agua.

—¿Conseguiste solo eso? —Diana cuestionó con cautela, mientras su amigo se quitaba chamarras, suéteres, un gorro, gafas, bufanda y, finalmente, aquellos guantes, asintió en respuesta— ¿Qué tal va todo fuera?

Todos esperaban las respuestas del moreno, el único que se atrevía a salir, al igual que Miguel. Pero ese día, fue su turno.

Desde aquellos horribles acontecimientos, encerraron su casa por completo, la madera de aquellos muebles que Sebastián se encargaba de cuidar, fue usada para cubrir las ventanas, tratando de evitar la entrada de esos detestables monstruos carnívoros.

—Parece ir de mal en peor —suspiró con cansancio, recargándose en un librero con los brazos cruzados sobre su pecho.

—¿No lograste conseguir leña? —preguntó Catherine, al percatarse de la carencia de aquella materia con la cual estaban manteniendo cálida su casa.

Al terminar esa pregunta, todos esperaban la respuesta, Cathy había hecho una excelente pregunta. Daniel se limitó a hacer una mueca y negar varias veces.

—Es un caos total allá fuera, cada vez debo ser más sigiloso al caminar por las calles en busca de alimento —Miguel escuchó atento a su amigo, mañana sería su turno de salir, Daniel le dedicó una mirada—. Sí, conseguí leña, pero no quise desperdiciar espacio, mejor traje más comida.

—¿Desperdiciar espacio?, ¿a qué te refieres? —sonó por la casa la voz confusa de Sebastián— Necesitamos leña para poder evitar el frío, ¿cómo puedes llamarle a eso desperdiciar espacio? —de confusión, el chico comenzaba a pasar a enojo, estaba completamente frustrado.

Diana dio suaves palmaditas en el hombro del chico, tratando de que se controlara, su estado no ayudaría en nada.

—La leña no la necesitaremos, porque ahora mismo todos debemos empacar toda la comida posible, así como cuchillos o algo que sirva para defendernos —explicó, caminando hasta la cocina, todos compartieron una mirada y se levantaron de inmediato, obedeciendo a Daniel.

—¿Por qué de pronto esa decisión? —habló Aylín, mientras sacaba comida y cuchillos junto a Cath y Diana, dejando todas las cosas en el suelo, para que Daniel y Miguel acomodaran eso de la mejor manera en dos mochilas, aprovechando el más mínimo espacio.

Cebolla©Where stories live. Discover now