Capítulo 5

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Cuando las clases acabaron Daisuke me acompañó a casa, aún seguía preocupado por mi brazo, yo la verdad es que no estaba tan preocupado, despues del recreo se me había pasado el ardor, pero aún no entendía porque me había ardido de esa forma, por si os lo preguntáis, si, es normal tener una marca como la mía, mucha gente tiene esas marcas en el cuerpo, representan los elementos de la naturaleza, pero cada persona puede tener una marca de distinta forma y ser del mismo elemento, si, son marcas mágicas, obviamente, pero no se para que sirven, o cómo se controlan, y nunca me había pasado lo que me pasó estando con Daisuke, jamás había brillado con tanta intensidad ni me había ardido tanto, tengo que averiguar porque sucedió eso... mientras yo le daba vueltas a todo este tema llegamos a mi casa, odio cuando me tengo que despedir de él, pero para mi desgracia hoy tenía que quedarme con mis abuelos en casa... iban a venir no se que familiares de visita, yo obviamente me quedaría encerrado en mi cuarto no iba a hablar con mis abuelos y menos con los que sea que vayan de visita...

-¿Seguro que estarás bien? podría entrar y preguntar si puedo quedarme en casa contigo.- Cada segundo que pasaba le veía más preocupado... llevaba todo el día preocupado por mi, pero bueno, siempre ha sido así conmigo... tan protector y amable...

-No, ellos odian que tenga amigos, aunque solo sea uno, jamás te dejarían quedarte conmigo si con eso consiguen ponerme triste.-Me sonrojé un poco por decir que me pondría triste si se fuera, ni siquiera sé porque dije algo tan estúpido... él solo me miraba extrañado, como si me estuviese comportando de manera extraña. <<Deja de mirarme por favor... y abrázame...>>, ese era el pensamiento que se me pasaba por la cabeza...aunque no entiendo porque, desde cuando necesito tanto sus abrazos, ¿por qué me siento tan bien cuando me abraza? no es nada especial... todo el mundo se abraza... ¿por qué justo me pasa con él?. En ese momento sentí como puso su mano sobre mi cabeza y me acarició el cabello.

-No quiero que estés triste, ni por mi, ni por nadie, además sabes que puedes irte de tu casa y venir a la mía cuando quieras.-me dijo sin quitar su mano de mi cabello, me hacían sentir tan bien esas palabras, y no se porque, instintivamente lo abracé, enterré la cara en su pecho para que no viera mi sonrojo, lo que me sorprendió es que el no dijo nada, se limitó a abrazarme también. Me soltó, y se despidió de mi, yo me quedé allí, pensando en que en un mes, esa despedida sería la definitiva, no lo volvería a ver hasta después de seis años... 

Me di la vuelta, estaba parado enfrente de la puerta, respiré hondo y entré, pasé por el pasillo de la casa hasta llegar al salón. Mi abuelo estaba viendo la tele, supuse que mi abuela estaría en la cocina. Yo solo me acerqué a mi abuelo, no me esperaba ni un mísero hola por su parte, pero cuando no saludo se enfadan mucho asi que prefiero que me ignoren y que no se enfaden.

-Hola- le dije a mi abuelo sin ánimo de entablar conversación con él, en cuanto terminé de saludarlo me di la vuelta, quería encerrarme en mi cuarto y que nadie me molestase, pero entró mi abuela...

-Menos mal, tienes un mínimo de educación como para dignarte a saludar a tus abuelos.- Yo no le respondí la odiaba...y sabía que acabaría mal si decía lo que estaba pensando en ese momento, <<nunca me habéis tratado como unos abuelos de verdad, jamás me habéis dado cariño...simplemente me odíais...por algo de lo que yo nunca tuve ni tendré la culpa>>.- Hoy vienen tus tíos, supongo que no eres tan olvidadizo ¿no? te lo dije esta mañana.- Yo ni la miraba...que asco me da saber que esa desalmada es familiar mío.- También vendrá tu primo, ojalá dejaras de ser tan egoísta algún día y te parezcas más a él.

-¿Mi primo? No sabía que tenía un primo- No sabía si debía decir eso, no dije nada malo, pero en mi casa todo lo que digo es motivo de insutos o golpes...

-Sí, tienes un primo, se llama Kenai, tiene 13 años.- Dijo seriamente mi abuelo.- Mas te vale comportarte con tu primo y tus tíos.- Un escalofrío me recorrió el cuerpo cuando dijo eso, les tenía mucho miedo...demasiado... sobre todo a mi abuelo... aún tengo recuerdos de las palizas que me daban de pequeño... Terminó de hablar, bajé la cabeza y subí las escaleras en dirección a mi cuarto, en cuanto llegué cerré la puerta y me tiré encima de la cama, ¿por qué mi vida era así? ¿qué había hecho para merecer esto?. De repente, me vino la imagen de Daisuke a la cabeza... puse la cara encima de la almohada...<<ojalá pudiera irme y estar contigo...ojalá pudieras ayudarme..>> al final me quedé dormido, me despertó alguien cuando tocaron la puerta de mi cuarto, era mi abuelo.

-Ya han llegado, vistete y baja a saludarlos.- Terminó de decirme eso y se fue. Le hice caso, me vestí y bajé, me sorprendí al ver a mi primo, era un niño bajito, de pelo negro y ojos azules, con una cola y orejas negras pero con rayas blancas en la cola, era hermoso, iba totalmente tapado, con una chaqueta, una bufanda y los pantalones largos, no lo entendía, ¿tanto frío hacía como para llevar tanta ropa? <<que chico más raro...>> pensé.

-Buenas tardes.-Les saludé yo, mi tío me sonrió y el niño estaba detrás de él, mirandome de forma curiosa.


Me duele quererteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora