CDM (Parte 58)

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CAPÍTULO 58

Le das una cálida sonrisa al guardia y este te la devuelve, realmente no te ha hecho sentir mucho mejor pero le agradeces que lo haya intentado.

Tú y tu tía os vais y le dais las gracias a aquel caballero, te montas en el coche y las lágrimas comienzan a caer nuevamente sin remedio.

Tía: Sucrette, no merece que llores

Sucrette: ¿A qué te refieres?

Tía: Ken, ese chico no merece tus lágrimas, y mucho menos merece que le ames

Sucrette: Se podría decir que ha sido mi primera relación de amor verdadero en la que he sido consciente de lo que hacía...

Tía: Sucrette, los chicos van y vienen, encontrarás a tu príncipe azul pero aún no. Mírame a mí, ya soy toda una adulta y aún no se si he encontrado mi chico ideal

Sucrette: Jeje... Tienes razón

Tía: Será mejor que hoy no vayas al instituto, estás hecha un desaste, con los ojos rojos y las mangas de la camiseta algo negras por limpiarte el rostro con ellas llevando maquillaje

Sucrette: Es cierto, lo siento tía, lo limpiaré nada más llegar a casa

Tía: No te preocupes, hoy puedes quedarte en casa sin hacer nada

Sucrette: La verdad es que esta tarde tengo que quedar...

Tía: ¿No puedes aplazarlo?

Sucrette: No estaría bien por mi parte, voy a quedar con la sobrina de tu novio para presentarle a Castiel

Tía: ¿Castiel? ¿El chico compresa?

Sucrette: Jajajaja, si, creo que si jajaja

Tía: ¿Ves? Conseguí hacerte reir

La miras sorprendida, es cierto, ella es la única que puede conseguir que tu humor suba en un instante, le das un abrazo y ella te acaricia el cabello, de la misma manera que lo hacía Ken.. Y pensar que él ahora seguramente estará revolcándose con Ámber en alguno de los baños del aeropuerto...

Por la tarde

Te das una ducha rápida con agua caliente para relajar los músculos, te pones la ropa interior y te colocas frente al espejo, la verdad es que en estos últimos años tu cuerpo realmente ha dejado de ser el de una niña, tus curvas se marcan a la perfección, eso si, sin parecer demasiado provocativa como cierta rubia oxigenada.

Le das un beso a tu tía y vas a la casa de tu vecino, llamas y Melanie te abre la puerta, reluce más linda que nunca, la verdad es que sientes algo de envidia porque comparándote con ella no tienes nada que hacer, a pesar de eso le das tu mejor sonrisa y le llevas hasta la tienda de Castiel.

Llegais al lugar, a través del crital podeis ver a Castiel, lleva una camiseta que se adapta perfectamente a su musculoso y deseable cuerpo, unos pantalones tipo militar que te recuerdan a Kentin y unas vans azules.

Melanie: Estoy nerviosa... N-nunca he quedado de esta forma con un chico

Sucrette: No te preocupes por nada, estás preciosa, te aseguro que caerá a tus pies, ahora ve a por él, yo me quedaré cerca tuya por si necesitas algo pero sin que me vea, no te preocupes que si congeniais bien me iré a mi casa y os dejaré intimidad

Ella asiente con una tímida sonrisa, abre la puerta de la tienda, se apoya un poco en la mesa donde trabaja Castiel y le mira coqueta, muestra todos sus encantos y el chico parece divertirse; al poco rato Castiel la toma de la mano y se la lleva tras una puerta donde se supone que debe estar la mercancía.

Entras algo preocupada, bueno, más bien entras nerviosa; como lo suponías Castiel usa este lugar para poder tirarse a todas las chicas ingénuas que puede.

Te acercas a la puerta y al pegarte un poco puedes escuchar susurros y distingues varios gemidos, es la voz de Melanie, no hay ninguna duda; Castiel y ella están teniendo sexo ahora mismo detro de esa oscura habitación.

Te vas rápidamente y caminas hacia el parque de siempre, respiras ondo; ahora te sientes sola, te sientes estúpida, sientes celos por una persona que tú misma rechazaste, quizás él era la única oportunidad para ser feliz y lo estropeaste.

Sientes como si nunca pudieras volver a ser feliz...

Sucrette: Tiempo, ¿Qué es de ti? ¿Acaso no lo curabas todo?

Chico: Dicen que el tiempo cura las heridas.

No estoy de acuerdo.

Las heridas perduran.

Con el tiempo, la mente, para proteger su cordura, las cubre con cicatrices, y el dolor se atenúa, pero nunca desaparecen.

Sucrette: ¿Qué?...

Chico: Rose Kennedy...

Sucrette: ¿Quién está ahí? ¿Quién eres?

CDM's conflict [Fanfic Corazón de Melón]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora