Varios días después, la relación Saga y Camus iba viento en popa, y los dos seguían tan felices como el primer día. No podían verse mucho, ya que cuando no estaban en la universidad, Camus estaba trabajando en el café y Saga estudiando, pero de vez en cuando el griego encontraba un momento para escaparse y ver a su francés.
Esa misma tarde, era el caso. Saga se había escapado de su apartamento para hacer una visita a su novio en el café. Cuando llegó, empujó aquella pesada puerta esperando verle en la barra pero como muchas veces, no estaba, aunque sí Shaka.
- Buenas tardes Shaka.
- Hola Saga. ¿Buscas a Camus? Está en la despensa.
- De acuerdo, muchas gracias.
El griego se dirigió a una puerta cercana a la barra donde se podía leer "Privado". La abrió sin preocupación alguna y entró echando el cerrojo tras él.
Camus estaba colocando bien unas cajas cuando le vio y dejó lo que estaba haciendo para dedicarle una de sus mejores sonrisas.
- Hola cariño. Me alegro de que hayas podido venir.
- Estaba deseando verte.
- Y yo.
Corrieron el uno hacia el otro y se fundieron en un tierno abrazo al que luego le seguirían múltiples besos muy dulces. Pero entonces las manos de Saga comenzaron a deslizarse por el torso de Camus delicadamente y después por su trasero, lo que hizo que el francés se estremeciera.
- Cariño yo...
Saga sin más arrambló a Camus contra la pared y comenzó a desabrocharle la camisa. Su mirada era tan pícara y sensual que hacía que el francés se derritiera por momentos.
- Amor, estamos en la despensa... Podría venir Shaka o cualquiera de mis compañeros.
- He echado el cerrojo. Te necesito, te deseo Camus... - dijo Saga, se notaba que estaba algo excitado ya por su voz un tanto ronca - Eres tan perfecto... Ardo en deseos de hacerte el amor.
Camus sonrió maliciosamente e intercambió su posición con Saga, quedando el griego entre su novio y la pared.
- Pero...
- ¿Y si te dijera... que yo también ardo en deseos de hacerte el amor?
- Me volvería loco.
Camus se sacó su camisa que ya había sido desabrochada anteriormente por Saga y después quitó de un tirón también la del griego. Pegó mucho sus cuerpos para que pudieran sentirse en plenitud, torso con torso. Acarició la mejilla de Saga y después fue bajando su caricia por todo el cuello, sus hombros, los brazos, y acabó entrelazando las manos de Saga con las suyas y subió los brazos del griego por encima de su cabeza.
Saga se relamía los labios solo con imaginar la de cosas que le encantaría que le hiciera Camus, pero quería dejar que le sorprendiera. Los labios franceses llenaron de besos el cuello de su amado además de acariciarlo con su lengua. Después se acercó a su oreja y jugó con ella un poco mordisqueándola.
A continuación y aun reteniendo a Saga, bajó hasta su torso y mordió suavemente los pezones, cosa que arrancó los primeros gemidos de Saga y aceleró su respiración. Camus continuó bajando, depositando besos por todo aquél trabajado torso, deleitándose con aquella piel acanelada tan apetecible, sensual... Notaba como el vientre de Saga no paraba de contraerse y relajarse a causa de su respiración agitada.
Acarició suavemente con la yema de sus dedos el bajo vientre, rozando su ropa interior y lamió lentamente esa zona, notó como Saga volvía a estremecerse. El griego no podía parar de mirar hacia abajo mordiéndose los labios y acarició el cabello de Camus tiernamente.
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Esta es la historia sobre cómo conocí a un francés.
FanfictionSaga, un chico apuesto, bueno en los estudios, amable, educado... Prácticamente con una vida perfecta, se ve de repente agobiado por todo lo que le rodea. Pero inesperadamente conocerá a un chico que le ayudará y apoyará, y del que es muy probable q...