Al día siguiente, a Camus le esperaba de nuevo otra sorpresita en el café. Shura volvió a aparecer por allí.
- Hola de nuevo. - dijo el español cuando entraba por la puerta, Camus estaba en la barra reponiendo la máquina de café.
- ¿Qué quieres? - preguntó Camus intentando aparentar indiferencia.
- Lo mismo de ayer.
El francés acabó de reponer la máquina de café y se dispuso a prepararle un café americano. De nuevo se lo entregó una vez preparado y el pagó los 2.50€.
- ¿Sabes? También me gustaría tomármelo en compañía.
- Lástima que nadie quiera tomarse un café contigo. - dijo Camus sarcásticamente.
- Tú sí que vas a querer, y lo harás por las buenas o por las malas.
Camus no dijo nada más y le acompañó hasta una de las mesas de ese mismo piso. No sabía que se traía Shura entre manos pero no quería problemas en el establecimiento.
- Dime, ¿ya te has planteado como vas a dejar a Saga?
- ¿Cómo? - preguntó Camus anonadado.
- Ya te lo dije, quiero estar con él de nuevo y tú eres un estorbo para mí, estás entre él y yo, así que o le dejas por las buenas o tendré que apartarte a las malas.
- ¿Quién te has creído que eres para decirme eso? - dijo Camus furioso - ¡No dejaré a Saga porque me digas eso! ¿Me oyes? Déjanos en paz de una vez, acepta que él está conmigo porque tu no supiste tratarle como se merecía, ya tuviste tu oportunidad.
- Y tendré mi segunda, créeme.
- ¡Jamás!
- ¡Ya me estoy hartando de ti niñato! - gritó Shura con los ojos llenos de furia - No te lo repetiré una vez más, o dejas a Saga o atente a las consecuencias, y créeme que sufrirás.
- Ya puedes esperar sentado a que haga eso, nunca cortaré con Saga.
El español sonrió y se cruzó de brazos.
- Tú mismo, no sabes lo que te espera.
El español se levantó dispuesto a irse, pero no sin antes tirar la taza de café, ésta cayó al suelo rompiéndose en mil pedazos y todo el líquido se derramó por la mesa y gran parte goteó hasta el suelo.
- Ups... Se me ha caído. Ya sé quién tendrá que limpiarlo. - dijo Shura riéndose, y salió del establecimiento.
Camus resopló y se tapó el rostro con sus manos. Mucha gente que estaba en la cafetería le miraban asombrados, se preguntaban qué habría pasado entre esos dos muchachos. Camus intentaba reprimir sus lágrimas, le daba miedo admitirlo pero sentía miedo, terror por lo que le pudiera pasar, sin duda todo aquello era una locura, una auténtica pesadilla.
Una mano aferró su hombro firmemente, con seguridad. Camus se destapó el rostro para mirar a su acompañante, temiendo que Shura hubiera vuelto para hacer algo más, pero el alivio recorrió su cuerpo de pies a cabeza cuando vio que se trataba de Milo.
- Acabo de ver a Shura salir, maldita sea he venido demasiado tarde, ¿ha pasado algo?
- No... Por ahora.
El francés volvió a cubrir su rostro con las manos, ya no podía aguantar las ganas de llorar, necesitaba desahogarse, expulsar todo el miedo que había sentido por momentos. Milo cogió la otra silla donde minutos antes había sentado el español y la colocó al lado de Camus para sentarse junto a él y después abrazó al francés para que se desahogara entre sus brazos.
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Esta es la historia sobre cómo conocí a un francés.
FanfictionSaga, un chico apuesto, bueno en los estudios, amable, educado... Prácticamente con una vida perfecta, se ve de repente agobiado por todo lo que le rodea. Pero inesperadamente conocerá a un chico que le ayudará y apoyará, y del que es muy probable q...