Un gusto conocerte.

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La semana paso rápidamente, nada nuevo, clientes normales, como siempre. No volví a ver al hombre que casi me dejaba con la cara morada, gracias a dios. Sebastian, bueno, el seguía tratando de que yo "cayera" ante el, pero no lo lograría, yo no caigo en esos juegos, no me enamoro, estoy en contra del amor. Yei.

Mi mejor amigo no había venido a clase durante toda la semana, lo extrañaba tanto, necesitaba verlo y molestarlo en clases. Lo llamé y nada de atender. Vi a Maritza en una esquina de la cafetería, no sabía que le pasaba, andaba muy muy triste, se volvió amargada.

-Hola. --Dije, y me senté a su lado.

-Hola.

-Que te pasa?

-Nada, solo estoy preocupada por Miguel, no se por que no se a presentado a clase, lo extraño.

-Que pasa entre el y tu?

-El y yo.. estamos saliendo Grace, hace 2 meses.. --Cuando dijo eso, casi me caigo de la silla, pero me mostre fuerte y feliz por ella, pero me puso a arder la sangre cuando me dijo eso, estaba molesta por que no me habían dicho nada.

-Felicidades. --La abracé y salí por donde mismo habia entrado.

Las clases pasaron rápido y ya era viernes, me tocaba atender muchos clientes hoy, así que llegue temprano al bar, y ayudar un poco a Manuela, ya que Jorge estaba de viaje.

No cruzamos palabras en todo un rato, la veía muy enojada, y temía que si decía algo me fuera a despedir.

Me mando a comprar unas cosas y fui a por ellas. En el camino, comenzo a llover y yo no estaba tan cómoda que digamos. Seguí mi camino hacia el mercado, pero choqué con alguien.

-Lo lamento, no te vi. --Dijo esa voz, no lograba reconocerlo, bueno era un chico a lo random con el que había chocado.

-No es nada. --Dije, tratando de alejarme.

-Por cierto, soy Alejandro, pero puedes llamarme Alex. --Dijo, saludándo cordialmente.

-Matilda, y llamame como sea, lindo nombre. --Hable rápidamente, mientras me metía en un café. A lo que el rápidamente me invito, y dijo que el pagaba, como forma de disculparse por que me había chocado.

Acepté, ni modo. Pero aún debía llegar a trabajar.

-Que hacías corriendo debajo de la lluvia? Eres loca? --Dijo el, dios mío, ya empezaban las preguntas.

-Caminaba para comprar unas cosas para mi jefa, pero empezó a llover, chocamos y henos aqui. --Dije tranquila, mirando a todos lados.

-Lo lamento Matilda, no fue mi intención. --Dijo, y vi como se ponían raros sus ojos, como una mirada bien profunda. Ahora que me fijo bien, este tipo, estaba como quería.

-No te preocupes, estoy bien. --No dejaba de llover, y no tenía mi telefono para llamar a avisarle a Manuela, que debía de estar preocupada. Pero bueno, pasar un buen rato fuera de ahí y del instituto con un extraño no era tanto como tener sexo con un extraño tambien.

-Cuantos años tienes? --Pregunto, llamando a la chica de la caja.

-17, y tú?

-18, eres una beba. --Dijo divertido, rodé los ojos.

Por que estaba siendo así con un extrano? Y por que no podrá dejar de sonreir cuando le hablaba? Y por que el me sonreía?

-Trabajas? --Diablos, por que preguntó eso.

-Si, y tu?

-Mas o menos, tambien estudio.

-Que estudias? --La reina en evadir y cambiar temas habia regresado. Yuju.

-Derecho, y tu? En que trabajas?

-Ya tengo que irme, como sea, fue un gusto conocerte. --Dije, y me levanté rápido de la mesa. Me volvi sobre mis talones. --Gracias por el café.

-Oye, nos volveremos a ver? --Dios, por que me las ponía tan difíciles.

-Si, siempre ando por aqui, así que por aquí podras encontrarme, se me hace tarde, debo irme, gracias por todo denuevo. --Dije, y salí corriendo a comprar las cosas de Manuela.

Fui antes de que empezara a llover, y pude salir rapido para llegar al bar, conseguí lo de Manuela así que estaba feliz, conocí a un buen chico creo, bueno no se casi no hablé con el. Entre rápidamente al bar, y vi varios clientes, me cersiore que no estuviera ahí el chico del café, así podía estar mas tranquila, no me gusta que se enteren que tengo 17 y trabajo en un bar, que soy prostituta y pobre.. nonono, no me averguenzo, pero mucha gente se a alejado de mi por eso.

Y empezó mi jornada de trabajo.

-Matilda, tienes clientes esperando afuera, acelera el paso, hoy solo trabajaras en la barra okey? --Me decía Manuela mientras preparaba algo.

-Entendido. --Y seguí con lo mío, pero mas rápido, ya que no trabajaria arriba estaba mucho mas tranquila, era mucha presión.

Al rato, eran las 10 menos cuarto, y Manuela me llamó y me dijo que fuera a la habitación 44, le habia cojido odio a la habitación 44 después del incidente. Subí como me habia indicado, y me puse la mascara y la ropa y solte mi pelo. Entré.

-Hola sexy.. --Dijo aquella voz.. Yo la reconocía, era el hombre que me había empujado hacía la pared.

-Que quiere? Pensé que había quedado claro que no repito dos veces.. --No le importo, empezo a besarme y sacarse la ropa, me negué y de nuevo me golpeo, me empujo contra la puerta, haciéndola chocar y Manuela gritó por si pasaba algo.

-Esto quedó aquí, si vuelve y me pone un dedo encima, lo denunciaré. --Dicho esto, salí corriendo y me encerré en mi camerino. Si bitches, tenía un camerino para mi sola. Pero a veces lo compartía con Victoria, por que era demasiado para mí.

Retos de una pasiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora