Alex.
Dios mio, era el, el había venido a rescatarme, como se había enterado? Como sabia donde estaba? Habría hablado con Manuela? La policía me estaría buscando? Estaba desesperada, tenia miles de preguntas, pero solo pude resolver con ponerme a llorar y abrazarlo.
-Oye linda, deja de llorar, vamos a sacarte de aquí antes de que sea muy tarde, pero tienes que colaborar, si? --Dijo tranquilo, y beso mi frente. Amaba cuando hacia eso, lo amaba a el.
-Esta bien. --Acepte y deje que me quitara las esposas de los pies y de las manos.
Me logro soltar en un momento, y me ayudo a bajar por la ventana, era de un piso pero me daba miedo saltar y caer mal, así que me ayudo a bajar. Me tomo de las manos y corrimos hacia su Audi convertible negro. Awwwww.
Estuvimos dentro y le dije que arrancara lo mas rápido que pudiese. Cuando llegamos a las afueras de la ciudad, eran casi las 2am. Tenia miedo, mucho miedo, no podía volver a ese lugar, pero tampoco quería que lo mataran por mi culpa.
-Como estas? Te hicieron daño? --Me preguntaba impaciente, sus ojos marrones me derretían, tenia esa mirada profunda..
-Estoy bien, solo quiero ir a casa o no se, pero no quiero volver a ese asqueroso lugar, era horrible estar ahí escuchando a las mujeres quejarse y ser maltratadas por los hombres. --Dije, y lo abrace fuerte.
-Nos vamos. --Dijo el, mas calmado, y seguro de si mismo.
-A donde?
-Donde quieras ir, París, Londres, Alaska, donde quieras ir.. --No lo deje terminar, quería poner un pero.. --No te preocupes, te comprare ropa nueva, tendrás una vida nueva, ya no tienes que mostrarle tu cuerpo a extraños.
-Como lo sabes? --Las lágrimas ya caían solas, era una sensación horrenda pero acogedora a la vez, el sabia de mi trabajo y no se había alejado, incluso me estaba ayudando a superarme y dejar esa mala vida.
-El día que fui contigo al bar, accidentalmente escuche a la señora que habías saludado ese día en la heladería, decirte que tenias que trabajar con un cliente especial.. --Suspiro y me miro a los ojos.-- No fue mi intensión, y quiero que sepas que no me importa que trabajaras como prosti en un bar, por lo menos a mi no me afecta, es tu vida y no tengo voz ni voto. --Respiro profundo, y no bajaba la vista en ningún momento.-- Si quieres te vienes conmigo y abandonas esta vida, yo te ayudare en todo lo que necesites.. --No lo deje terminar, y lo abrace fuertemente.
No sabia donde estaba, pero estaba oscuro y había poco movimiento. Seguíamos dentro del carro, y el aun me abrazaba. Dios, amaba a este chico. Pero se supone que yo no me enamoraba, que era una fría y amargada persona..
Puso el auto en marcha, y llegamos al aeropuerto, no hable en todo el camino, solo iba mirando abajo por que no quería que nadie me viera, tenia puesta su chaqueta y unas leggins..
-No tengo dinero.. --Dije, y parecía miserable, me acataba el dolor de cabeza y la vergüenza, gracias al cielo no había mucha gente mirando.
-Y quien dijo que necesitas dinero? Yo te dije que me encargaría de todo. --El nunca me había dicho que tenia dinero, solo sabia que estaba estudiando derecho y trabajaba en la oficina de un tio creo.-- Iremos en mi yet, no te preocupes.-- Dijo y subimos a un anden por separado. Su yet tenia escrito A.B en grande, con un logo.
-Que significa el logo?
-Es de mi empresa, no te lo había mencionado antes? --Dijo divertido.
-No.
-Bueno, el viaje sera largo, ahora dime a donde quieres ir?
-Londres. --Dije muy convencida, siempre había querido viajar a Londres.
-Bueno, allá vamos. --El hablo con unos hombres que vestían traje y me llevaron al yet. Era hermoso. Supongo el que no iba a volar, sino uno de esos hombres.
Me sentía feliz, iba a cumplir mi sueno de ir a Londres.. Pero por otro lado, estaba dejando atrás a mis amigas, amigos, mis padres, mi trabajo, el insti.. Me puse pensativa y me distraje tanto que no recuerdo cuando fue que me dormí, solo se que me desperté luego de un largo rato y ahí estaba el, mirándome desde al frente.
-Tengo miedo, Alex. --Dije, tratando de levantarme, pero el me detuvo.
-No pasara nada linda, todo va a estar bien, yo estoy aquí contigo. --Dijo, y se sentó en el mueble y me recosté en su pecho. Me dio un poco de frió y se me erizo la piel, por lo que el agarro una sabana y me arropo. Se iba a levantar, pero no se lo permití. --No te vayas, quédate aquí conmigo.--Dije, y me acomode en sus brazos.
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Retos de una pasión
JugendliteraturMatilda no sabía donde había metido entrando a trabajar a ese lugar. Y que consecuencias les trajo, tanto buenas, como malas. Dicen que el amor supera todos los retos, no? Cover por Loukittie