La vida es una perra.

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No quería dormir sola, tenia mucho miedo, así que fui hasta la habitación de Alex. No quería que el se enojara o pensara otra cosa, pero esa suite era bastante para mi sola. Deje mi orgullo atrás y salí con la pijama que el me había comprado. Cerré la puerta y guarde la llave debajo de la alfombra sin que nadie se diera cuenta. Baje hasta su habitación y toque.

Oh por dios, yo, Matilda la fría y nada sentimental Grace, queriendo dormir con un hombre por que tenia miedo. Esto no podía estar pasando.

-Hola. --Dijo, y puso una cara de asombro. Sus bellos ojos marrones me miraban de pies a cabeza, y yo sentía mis mejillas arder.

-Estabas dormido? Si es así puedo irme.. --Dije, y estaba dispuesta a irme, pero me tomo del brazo levemente, y me hizo girar. Sonreí para mis adentros.

-Que pasa, que hay con tu suite? --Se intereso, y aun no me soltaba.

-No quiero estar sola.. --Suspire. --Mejor me voy, quizá interrumpí algo...

-Puedes pasar, cerraste bien allá arriba?

-Si.

Me acomode en el sofá, dispuesta a dormirme ahí. --Enserio te quedaras ahí? -Dijo, mirándome con los brazos cruzados.

-Si. --Dije, y me voltee para no verlo.

-No te dejare ahí. --Se acerco y me cargo, para tirarme sobre la cama, con una mano me tenia cargada colgaldo y con la otra apago la luz. Me acostó en la cama, y me abrazo. --Buenas noches linda. --Y beso mi frente.

-Buenas noches para ti también. --Dije, y me acerque mas a el.

***

Pasaron varios días y yo iba conociendo cada vez mas Londres, y me gustaba mucho. Solo que notaba a Alex un poco extraño, lo veía preocupado.. Pero no me atrevía a preguntar que le pasada, quería saber, pero el era muy reservado en sus asuntos.

Me empezaba a preocupar por el trabajo, por el insti.. No sabia que hacer. Disfrutaba de Londres y mucho, pero extrañaba mi vida en Cleveland. Bastante.

Un día en el parque, vi como Alex miraba a una morena alta y refinada, le brillaban los ojos, parecía amor de verdad.

-La amas? --Pregunte.

-Bastante. --Mi corazón se rompió en miles de pedazos, sentía que los ojos se me aguaban, locos por llorar. Lo aguante un rato hasta que llegamos al hotel. NO iba a llorar frente a el, no iba a demostrarle que me dolía. No señor.

-Por que no vas tras ella? --Dije esto, y lo vi alejarse corriendo hasta llegar y abrazar a la chica. No aguante, corrí a un baño cercano y empecé a llorar, no podía soportarlo.

La vida es una perra.

***

Después de lo que paso en el parque, lo veía salir con ella y yo iba detrás como perra faldera de ellos. Un día le dije que quería dinero y me dio lo suficiente como para tomar un avión y huir. Fue lo que hice.

Retos de una pasiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora