Cuando acabaría todo..

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Entré a mi habitación, no estaba sola. Había un hombre ahí, de espaldas a mi. Se giro y pude ver quien era. 

Sebastian malnacido hijo de perra Keller.

-Hola bebe, me extrañaste? --Dijo, acercándose a mi, y pegándome un gran beso. Ew, asco, fo, que cochino, sucio, ew, asco, que desgracia.

-No. --Rápido me aleje de el y me entre al baño. 

-Hoy empiezas tu trabajo en el bar, si algún hombre quiere contigo, lo dejas, captas? --Dijo, golpeando la puerta.

Salí.

-Por que me haces esto? --Pregunte, acercándome a el, muy segura de mi misma. 

-Por que no quisiste acostarte conmigo, ni con el profesor, y este negocio que ves aquí, es producto de todas las que se negaron, que ahorna están aquí.

-Malnacido. --Dije.

No me respondió, solo salio de la habitación de un portazo. Idiota. Camine hacia donde el se había ido hace unos instantes. Cerré la puerta con seguro, y me tire a la cama. Tenia mas de 1 semana aquí acostada sin hacer nada, solo siendo prácticamente violada por varios hombres. 

Era temprano en la mañana, no tenia nada que hacer así que me me puse un camisón que encontré en el baño y salí a dar una vuelta. Entre a un salón grande y habían chicas haciendo decoraciones, se les veía muy feliz y charlando. Me llamaron con las manos, y me acerque a ellas.

-Hola, nos ayudas? --Dijo una castaña, mirándome sonriente.- Si quieres claro.

-Si, pero para que es todo esto? --Pregunte, haciéndome la desentendida.

-Es para la fiesta de esta noche, todos vendrán con mascaras, sera increíble. --Dijo la pelirroja. Y daba saltitos por todas partes.

-Oh.. 

Ya me sentía fastidiada, estas chicas si les gustaba este asqueroso lugar, mientras que yo, aquí obligada queriendo ir a casa, queriendo estar con mi Alex y mis amigas del insti.

-Tenemos que llevar todo esto al bar, nos ayudas? --Dijo la pelirroja.

-Yo.. -Suspire- esta bien.

Me pasaron unas cajas con adornos, las agarre y camine junto a ellas. Había un silencio pero no era tan incomodo, ellas dos irradiaban felicidad y encanto, al pareces no les molestaba nada estar aquí, quizá era por voluntad propia que habían venido, quizás no, quizás ya se acostumbraron..

Entramos al bar y habían unas 7 chicas poniendo mesas y organizando las sillas, unas limpiaban mientras otras ponían bebidas en el mostrador.

Deje las cajas donde me indicaron y me senté a mirarlas trabajar.

-Oye tu, nueva, ven y te ensenamos la coreo. --Grito una rubia, puse cara de asco pero ella solo me miro. -Nos hacen falta bailarinas, y tienes cara de saberlo hacer.

Asentí y fui hacia el tubo.

Alex's POV.

 

Había pasado una semana desde que Matilda había desaparecido de la fiesta, una semana de yo estar viajando y haciendo averiguaciones para conseguir el dinero, ahora solo me faltaba ir a Malasya para conseguir lo ultimo y regresar me a casa. 

Pasajeros del vuelo 1256 hacia Malasya favor ir abordando el avión.

Escuche mientras comías donas y un café en el puesto de Starbucks del aeropuerto. Termine de comer y salí hacia los gates. La chica que agarra los pasaportes me guiño el ojo y me pidió mi numero, pero no se lo di. 

Aborde el avión y busque mi sitio, era al lado de una pareja de ancianos que me recordaban a mis abuelos.

-Buenas noches. --Dije, poniendo mi bulto de manos en la repisa.

-Buenas noches para usted también. --Dijo la anciana, examinándome.

Trate de dormir pero no podía, estaba agotado, preocupado y molesto conmigo mismo por que aun no encontraba a Matilda, no sabia si ella estaba bien o si había muerto y esos secuestradores querían solo mi dinero. No había vuelto a hablar con Maritza, por que había perdido mi teléfono en quien sabe donde. 

En unas horas me encontraba bajando del avión en el aeropuerto de Malasya, nunca había venido a este lugar, no sabia nada. Los ancianos que estaban al lado de mi en el vuelo me vieron esperando taxi sin rumbo alguno y se acercaron a mi. 

-Necesitas ayuda jovencito? --Pregunto el hombre, tocándome el hombro. Se veían los típicos abuelitos que ayudaban a las personas.

-Necesito ir a algún hotel, lo mas urgente. --Dije, mirando a todas partes, para luego posar mi mirada en ellos.

-Puedes quedarte en casa hasta que te acostumbres a este sitio, andas buscando a alguien? --Ahora fue la senora quien hablo, con un toque de honestidad y solidaridad.

-Mi novia, bueno no es mi novia aun pero.. --Suspire-, necesito encontrarla, hace una semana y unos días esta secuestrada y me han pedido dinero y mi padre me ha enviado a varios lugares y este es el ultimo. --Dije, mirando a la señora con atención.

-Puedes quedarte en nuestra casa. --Dijo el hombre, guiándome hacia un yeep negro.

No me confiaba mucho de la gente, pero este par me habían mostrado el lado bueno de las personas. Fuimos hacia su casa, mansión mejor dicho. Llegamos y me ensenaron donde era mi habitación temporal.

Subí y acomode mis cosas en un armario, pero sin desempacar ya que solo estaría unos días. La casa era hermosa, 2 pisos bien grandes y encerados, una piscina en el patio trasero, con juegos de niños por todos lados en el área infantil, al parecer tenían nietos.

Baje por que me habían llamado a cenar, no tenia hambre así que dije que iba a dar una vuelta por todo el sitio. Anote la dirección de la casa por si me perdía, pero lo dudo.

Retos de una pasiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora