¿Qué ocurrió?

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La semana paso rápido. No hubieron imprevistos en el trabajo, todo estuvo muy tranquilo, y no volví a ver al maniático violador. Agradecía eso para mis adentros. Me la pase saliendo con Alex, este chico me traía loca, pero no iba a admitirlo. En el insti iba todo bien, unos que otros inconvenientes con Keller, pero se lo dejaba pasar con tal que no me molestara mas.

Me tocaba entrar a la trabajar y estaba agotada, tenia ojeras y un fuerte dolor de cabeza. No se como, pero Victoria logro conseguir maquillarme de tal forma que no se me notaran las ojeras.

Alex había venido conmigo al bar hace unos días, pero se iba antes de las 9 por cuestiones que nunca me había dicho.

Manuela me miro y levanto sus pulgares, diciéndome que estaba bien y que podía subir a la habitación. Durante toda la semana no había ido a la habitación 44, y lo agradecía bastante. Esta ves, me toco la numero 35, esa era una bonita habitación, había estado en ella como 7 o 8 veces, pero no había tubo, así que le pregunte a Manuela que haría, ya que no había donde bailar.

-Solo invéntate algo, y sube ya querida, no queremos hacer esperar. --Dijo ella, calmada.

-Bueno ok. --Dije y me fui.

Entre, y me tire en la cama, casi me quedaba dormida, si no es por que unas manos asperas empezaron a tocarme, recorriendo mi cuerpo lentamente, haciendo que me subiera la piel de gallina.

El extraño solo siguió moviendo sus manos de arriba a abajo. No hacia nada, solo eso. Lo vi levantarse y agarrarme para tirarme al piso, que rayos?

Me levanto de golpe y me tapo los ojos con algo negro. No veía nada, empecé a gritar y me tapo la boca con un trapo con algo que no olía nada bien, que me dejo inconsciente tirada en el suelo. Podía escuchar sus pasos atravesé de la habitación.

Lo ultimo que recuerdo, fui yo luchando contra este hombre mientras me metían a un auto, una yeepeta creo. No recuerdo haber escuchado a Manuela llamar a la policía, ni nada.

Estaba en total inercia, estaba atada con los ojos tapados, por lo menos había pasado el sedante, pero no les demostraría que estaba bien cuerda ya. No sabia donde estaba, solo que no se escuchaba nadie alrededor, solo gotas de agua provenientes de alguna tubería rota o techo en malas condiciones.

Caí en cuenta que no tenia las manos atadas, pero si los pies, así que corrí a desatarme la banda que tenia en los ojos, lo hice y examine el lugar rápidamente. Era un gran lugar, quizá era un almacén que ya no se utilizaba, y las gotas de agua eran por que estaba lloviendo y había pequeños agujeros en el techo.

Por que me habían traído aquí? Necesitaba ver como me iba de este mugroso lugar. Trate de levantarme pero note que mis pies estaban agarrados, y no podía soltarlos, gracias a unas estúpidas esposas. Ugh.

Empecé a gritar como loca, y alguien salto de atrás de mi, pegándome con algún tubo o algo así, en la espalda. Demonios, soy una mujer, bueno, una niña!

-Por que me tienen aquí! Déjenme ir! --Empecé a gritar como loca desesperada, y lo que me había pegado resulto ser un hombre que vestía de negro, con unos lentes de sol oscuros y un tubo en las manos.

-Ahora me prestaras tus servicios a mi. --Que demonios? Oh dios, oh dios.

-Déjeme ir, no soy quien busca..

-Matilda Grace. --Dijo el, bien seguro de si mismo, lo que hizo que me diera un gran escalofrió.

-Que quiere de mi? Déjeme ir. --Dije, y ya las lágrimas caían por mi rostro, haciendo que se corriera el maquillaje.

-Quiero todo de ti niña, y ahora trabajaras en directo para mi y con las otras mujeres.

-Que? Que otras?

No podía creer lo que me estaba pasando, estaba muy nerviosa, yo nunca había llorado ante un hombre y menos un desconocido que en este momento, tenia mi vida en sus manos. No tenia escapatoria, solo tengo 17 anos, ni se por que me quiere a mi, y este hombre me triplica la edad. Que asco. Nunca me había sentido tan asqueda como ahora.

El hombre no respondió, solo me miro y me levanto, ayudándome a parar y a caminar hacia un gran pasillo cerrado, que daba a muchas puertas que estaban cerradas, el ambiente era bien feo y asqueroso, se escuchaban mujeres gritando por ayuda y otras siendo golpeadas por hombres.

Que asquerosidad. Me quería ir, por primera vez en mi vida tenia tanto miedo de un hombre. Seguimos caminando, yo iba en silencio observando todo, mientras el me observaba a mi. Empecé a llorar descontroladamente, y el me pego con el tubo que tenia en la mano, cai al piso y me levanto, prácticamente arrastrándome hacia una habitación oscura.

-Te vas a quedar aquí tranquilita, sin moverte mucho, hasta que yo resuelva unos asuntos, ah, tienes que comportarte por que mi amigo aquí --Dijo, y señalo a un tipo bien raro-- estará vigilándote todo el tiempo, puedes socializar con tus nuevas amigas de la habitación de al lado.--Dicho esto, se retiro de la habitación y cerro la puerta.

La habitación estaba vacía, solo tenia una cama y a un lado un baño o eso creo, nada de decoraciones o afiches en las paredes.

Paso la noche, y yo seguía tirada en el piso, no quería sentarme en la cama, me sentía asqueada. Me di cuenta que había una gran ventana, que conectaba a un patio trasero con un lindo jardín, quizá para no llamar mucho a la atención y que pensaran que era una casa de familia normal, la calle no se veía tan lejos.. Pero.. pensé en irme, pero estaba amarrada de pies, y si intentaba soltarme, haría demasiado escandalo y el perro ese que me estaba vigilando podía darse cuenta y entrar.

Estaba a punto de dormirme, cuando unos brazos me rodearon, pero estaba tan asustada que no me salio voz para gritar, me voltee, y para mi sorpresa..

Retos de una pasiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora