ɢʀᴀᴄɪᴀꜱ, ᴋɪʏᴏꜱʜɪ

Nueve.

Gracias, Kiyoshi.

#9
Confesión.

El resto del fin de semana pasó y el lunes llegó. Durante todo ese lapso de tiempo ninguno de los dos se atrevió a llamar al otro, ni siquiera dejarse un mensaje, pero lo entendían. Al menos, Chihiro lo hacía. Se sentía muy nervioso con la sola idea de tener que enfrentarlo para aclarar toda la situación entre ellos.

No sabía cuándo llegaría el momento, pero aunque pasaran meses antes de tener que hablar del... beso y lo demás, no se sentiría preparado. Con sólo recordar la sensación en sus labios su corazón se agitaba y su mente comenzaba a rememorar una y otra vez ese momento. Lo había deseado tanto... y ahora no sabía qué hacer.

En el instituto, sus amigos lo miraban entre extrañados y preocupados. No había comido ni hablado en la media hora que iban del almuerzo y de vez en cuando se encerraba en sus propios pensamientos evitando que las palabras de sus amigos traspasaran sus oídos.

--Mayuzumi-san... --logró captar el llamado y se volteó a la persona dueña de esa voz --Rayos, ¡has regresado a Tierra! ¿Qué tal Saturno?

--Sei, déjalo.

--Sólo pregunto. Se veía muy concentrado e interesado en donde sea que estuviera. --se cruzó de brazos suspirando.

Mayuzumi lo miró mal unos segundos antes de resoplar y dejar caer su cabeza en la mesa sin cuidado alguno. Oyó a Reo llamarlo asustado y a Kotaro preguntarle si estaba bien.

Recordó su promesa de confiar en ellos para lo que fuera y, con el rostro levemente sonrojado, alzó la mirada para enfrentarse a los demás.

--No sé qué hacer. --murmuró y todos le prestaron suma atención.

--¿De qué hablas, Mayu-chan? --dijo Mibuchi acariciando sus cabellos para calmarlo. Y funcionó.

--Yo... el sábado salí con Miyaji.

--¿Una cita? --se interesó Akashi con una sonrisa burlona.

El peliplata negó lentamente. La verdad es que ya no estaba seguro de nada. Tampoco sabía qué pensar o creer con exactitud.

--En fin, la cosa es que él... bueno, nosotros... eh, sucede que... él.. yo.. nos.. --balbuceaba sintiéndose avergonzado de repente, pero ya no podía retractarse. Debía decirles --...nos besamos...

Todos en la mesa enmudecieron. Chihiro cerró los ojos esperando su reacción. Luego de unos segundos que le parecieron eternos, Akashi habló.

--¿Él te besó o tú?

--...él.

--Eish... ten Kouki. --chasqueó la lengua sacando un billete y entregandoselo al castaño.

Furihata sonrió tímidamente guardando el dinero en su bolsillo y Mayuzumi se sintió ofendido.

--¿¡Apostaron mi primer beso!?

--¿Fue el primero? --dijo Hayama con ojos brillantes mirando a Nebuya --¡Te lo dije! ¡Ahora paga!

--Bien, bien. --rodó los ojos Eikichi dándole unos billetes al rubio.