Diez.

652 67 25
                                    

Gracias, Kiyoshi.

#10
Graduación.

Acomodó por última vez la corbata del uniforme antes de bajar las escaleras hacia la sala, donde su madre lo esperaba con una cámara de fotos en las manos. Suspiró rodando los ojos con diversión.

El día finalmente había llegado. Su graduación de preparatoria.

Pensaba en los años pasados, cuando deseaba que llegara este día porque se sentía frustrado con las tareas, pero ahora no estaba muy seguro de querer abandonar el instituto. Fueron años importantes en su vida, en los que conoció personas maravillosas, aprendió miles de cosas, expandió su mente y su mundo hasta hacerlo propio, formó por completo su identidad. Iba a echar de menos esos tiempos, pero más de una vez se dijo a sí mismo que ya era tiempo de crecer.

Su madre tenía los ojos cristalizados y lo observaba de arriba a abajo con detenimiento. Su uniforme gris estaba perfectamente limpio y planchado, sus zapatos relucientes, su cabello peinado con delicadeza dando una imagen prolija e impecable. Sabía que ella tampoco se sentía del todo segura por aquel día, pero no tenía más remedio que aceptarlo: su niño había crecido y estaba a punto de hacer su propia vida.

Eso significaba muchas cosas. Sin embargo, para Chihiro no era más que el comienzo de algo completamente nuevo y desconocido. ¿Que si le asustaba? Claro, estaba aterrado, pero confiaba en sí mismo.

--Te ves muy guapo, mi niño. --le sonrió su madre.

--He usado este uniforme por años, mamá. No es la gran cosa. --se acercó a ella con una pequeña sonrisa.

--Lo sé, y es extraño que precisamente hoy se te vea muy bien. --lo abrazó fuertemente unos segundos antes de volver a hablar --¿Sabes, cariño? Estoy muy orgullosa de ti, lo lograste. Tanto esfuerzo y dedicación han valido la pena, aunque no lo creas. Quiero que sepas lo mucho que te amo ¿sí? Y lo feliz que me hace el que hayas podido salir adelante a pesar de todo.

Chihiro volvió a abrazar a su madre y le sonrió.

--Gracias, mamá.

Luego de unas cuántas fotografías, Mayuzumi salió de su hogar para poder asistir a la ceremonia de su graduación, la cual se realizaría en el gimnasio y los padres podrían asistir. El estómago se le revolvia cada tanto cuando recordaba dónde estaba y porqué. Le costaba un poco hacerse a la idea de que ya no volvería a ese instituto cada mañana, ni vería a sus amigos cada día.

A partir de ese momento, cumpliría un papel diferente en la sociedad. Y no podía evitar sentirse algo nervioso, así que procuraba no pensar demasiado en ello.

Cuando la ceremonia acabó, él y sus compañeros salieron del lugar entre risas y comentarios llenos de ilusión y entusiasmo. Observó como algunos grupos de amigos se tomaban fotos, o como otros se despedían, algunos se abrazaban, alguna que otra parejita se besaba; las miradas de todos cargadas de nostalgia y añoranza. Por más felices que pudieran parecer por fuera, intuía que por dentro conocían la verdad y el significado de aquel día.

Ya no regresarán. Quién sabe si aquellos amigos volverán a reencontrarse, si esas parejitas continuarán juntas, si algún día recordarán sus días de estudiante con una sonrisa.

El sentimiento le pesaba a él también. Pero creía que lo estaba sobrellevando mejor que el resto.

--¡Ahí está! --escuchó a sus espaldas y volteó a ver quién era el escandaloso.

Cinco personitas se abalanzaron sobre él en un abrazo grupal lleno de felicitaciones, exclamaciones cargadas de emoción y un cariño incalculable. Ellos estaban allí, sus queridos amigos.

ɢʀᴀᴄɪᴀꜱ, ᴋɪʏᴏꜱʜɪDonde viven las historias. Descúbrelo ahora