Capítulo 11. "Perdedores"

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__¡Oye oye Aliceeee!-Me giré en mi lugar dejando de lado un mapa de Derry, el mismo que Bill y yo ya nos sabíamos de memoria.- Iré a ver a Richie ahora que el clima está mucho mejor.

__Ten cuidado, y saludalo de mi parte.-Mencioné antes de que se fuera.-

Vi a Ben marcharse del living, luego de eso la casa se quedó en completo silencio y yo continúe trazando con mis dedos cada recorrido de los túneles.

[...]

Desperté asustada, tenía sudor en mi rostro y manos, aún así no tenía calor. Miré hacia ambos lados agitada.
Desde lejos, justo donde la luz del atardecer no llegaba vi algo moverse en una esquina.

Una alerta recorrió todo mi cuerpo advirtiéndome sobre el peligro.

__Hola Alice.-Lo escuché reírse mientras se acercaba a paso lento.-

Traté de moverme y recordé a Ben, nadie estaba aquí para ayudarme.
No era momento de ceder ante el miedo.

__¡Ya déjanos en paz!-Le grité y él retrocedió un poco pero luego siguió avanzando hasta tener su rostro frente al mío.-

__Quiero a los demás, especialmente a Richie.

Cuando pronunció aquello algo en mi hizo clic. Algo que ya había sentido antes.

Esa cosa continuó.

__Oh, ¿te importa Beep Beep Richie?-Otra vez se rió de mí.- Quiero ofrecerte algo, no podrás salvar a todos porque ya los he elegido, sin embargo, puedes salvar a tu querido amigo.

¿A qué se estaba refiriendo? ¡Por supuesto que podría salvar a todos! O eso creía.

__No contaba con que regresaras a nuestro querido Derry, así que... Puedes entregarte por Richie, y él vivirá una vida larga y feliz.-En ese punto, yo ya estaba en un silencio absoluto con mis manos apoyadas en el sofá y aquello sin dejar de verme.-

Unos ruidos en la entrada de casa llamó mi atención y de golpe lo escuché.

__Piénsalo, tú por Richie.-Dijo y así como había aparecido, desapareció.-

Me quedé en aquel lugar escuchando a Ben llamarme, junto con Richie. Y aunque traté de hablar, no podía.
Aquella sensación aún me invadía por completo. Aquel terror seguía en mi.

Cuando Ben me vió, se acercó preocupado.

__¿Qué pasó? ¿Estás bien?-Asentí y traté de reanimarme.-

__Eh, sí.-Richie se acercó sentándose a mi lado. Me miró y tocó mi frente preocupado.-

__Estás sudando frío, ¿seguro que estás bien? Debemos hacer algo Ben, ya sé, iremos con algún médico.

__E-estoy bien, solo quiero ir a ducharme.-Respondí apartando su mano de mi frente, él me miró algo confundido y sin esperar más me levanté.-

Evité la ayuda de ambos, me sentía tan mal. No sólo por la sensación de terror que Pennywise me había dejado, si no más bien lo que había dicho.

No quería que a Richie le sucediera algo, no quería.
Él se había vuelto alguien muy especial para mí.
Pero... ¿Y los demás? ¿Realmente podría traicionarlos de esa manera? Según esa cosa ya estaban elegidos sin embargo, yo también lo fui alguna vez.

Y huí.

Cuando entré a la bañera lloré en silencio. Estaba asustada, asustada por no poder ayudar a los demás, por no poder ayudar a Richie. Por ser una cobarde.

Tenía que pensar.

<<Dos semanas después.>>

Aparté mi mirada del camino, Richie y Ben estaban en sus bicicletas observándome desde una pequeña distancia.

__Miren a quién tenemos aquí.-Henry se puso a mi lado y llevó uno de sus brazos a mi cintura.- Hola niñitas.

__Henry, ya déjalos.-Le ordené y volví a jugar con su navaja para que me pusiera atención y se olvidara de los dos chicos.-

El alto los miró con asco y me sonrió tan normal.
Ahg, idiota.

__Ya vámonos, los demás estarán por llegar en unos minutos.-Escuché a Richie hablarle a Ben.- Ella no vendrá.

Sí, hoy era el día en que todos los demás perdedores regresaban a Derry, suspiré y los vi marcharse.

Desde aquel día en que Pennywise había aparecido en casa, había tomado la decisión de alejarme de ellos.

Necesitaba tiempo, pero creo que me había excedido.

De repente el padre de Bowers apareció en su patrulla.

__Vamos a casa, tengo que hablarte de algo.-Henry me soltó malhumorado y cedió ante la orden de su padre.-

Yo por mi parte cogí mi bicicleta, quizás si me apresuraba llegaría a ver a mis amigos.

Pero me equivoqué, no había nadie en la entrada de Derry y ya la noche había caído.

Subí a mi bici y me dirigí a casa de Bill, por lo que sabía, estarían todos allí festejando el regreso.
No pasó mucho en llegar, así que me quedé afuera, frente a su casa viéndolos por las ventanas.

Todos se veían tan felices, Bill, Eddie, Bev, Mike, Stan y Ben junto a Richie.
Quería entrar y abrazarlos, quería poder estar ahí junto a ellos.
Pero no podía.

En ese momento, Bev giró su rostro y me vió. Abrí mis ojos sorprendiéndome y traté de irme lo más rápido posible.

__¡Maldición, maldición!-Exclamé pedaleando sintiendo mis mejillas enfriarse por el viento en ellas.-

A toda prisa llegué a casa, tiré mi bicicleta al suelo y entré. Ni siquiera sabía el por qué huía.
Tenía vergüenza de los hechos recientemente.

Miré por la ventana, nadie venía por lo que respiré tranquila mirando el suelo. En ese instante algo llamó mi atención, el correo.

Levanté la carta que había en el suelo, justo en la entrada. Era de mi madre y tía.
Suspiré otra vez.
La abrí, y como esperaba era dos pasajes de autobús, uno para Ben y el otro para mi.

Había tomado la decisión de marcharnos de Derry, aunque Ben no quisiera.
Subí las escaleras viéndolas con atención, el bus saldría el viernes a las 8 de la mañana.
Hoy era martes.

Al llegar a mi habitación las dejé sobre mi pequeña mesa de luz, justo sobre los libros que había leído durante las dos semanas que me la pasé evitando a Ben y a Richie.

Saqué mi maleta del armario, comenzaría a empacar desde ahora.

Unos ruidos me alertaron, poco a poco me acerqué a la ventana de mi habitación, efectivamente el ruido provenía de afuera. Y allí estaban todos, dejando sus bicicletas de lado para luego entrar a casa.

Me tensé.

Mi beep Richie [TERMINADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora