él, humano, abandonará todos sus sueños y entregará eso que lo hace mortal, pero, aún al perder su esencia, lo que lo hace humano seguirá adelante, obligado a vivir...
el Inmigrante ha comenzado ese viaje sin rumbo, con muchos destinos en él, muchas...
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entonces él y ella viajaron juntos por el gran mercado y ella sin conocer nada se sorprendió con todo, él sin conocer de ella se sorprendió, pero, mil recuerdos vinieron a su mente, recuerdos de sensaciones, recuerdos de sonrisas... recuerdos de vidas pasadas y viajes infinitos, recuerdos cortados a ratos por miradas de ella, ya con un carisma y fuerza distinta ya que él ya no le veía como alguien a quien amar, sino que, ahora era alguien a quien debía proteger, guiar, aconsejar, al llegar al final del camino, él pregunto lo pactado por ambos y ella sin miedos le contó eso que estaba prohibido que él supiera, él bajo la mirada y simplemente sonrió, conteniendo las lágrimas... solamente era necesario que alguien lo dijera, solamente era necesario que alguien le hiciera ver que solo actuaba como un tonto...
simple y agradecido le presentó el lugar secreto que todos ocultaban a la vista y le dejo ir, luego camino a su castillo, con los ojos llenos de lágrimas y tristeza.
en la antesala del castillo todo estaba oscuro, en el trono la emperatriz, a sus costados 4 caballeros armados con armaduras gruesas y manchadas de sangre, a sus pies 2 grandes dragones, fuera de la habitación del trono se ve el castillo en sombras, los pasillos están ausentes de sirvientes, estos se han refugiado...
durante días el castillo ha sido asediado por millares de guerreros que han intentado secuestrar a la emperatriz, no pudiendo superar los dragones de guarda apostados a las afueras del castillo y en los pasillos de estos, ¿será la fecha? o ¿será la imponente figura de la emperatriz quien causa esta reacción?
combatió cientos de enemigos hasta llegar a ella, recogiendo tesoros, liquidando bestias, aprendiendo y sufriendo de los embates de la cruzada, hasta que llego a la habitación principal de aquella torre del castillo, con la armadura ensangrentada y el cuerpo cansado.
recostada en una gran cama se encontraba a quien el venia a buscar, una joven doncella de cabellos rojizos, piel clara y ojos color noche, que llevaba sobre si un hermoso vestido de seda, de color cerezo, claro, con encajes color carmín.
al entrar en la alcoba el guerrero se quita el yelmo y observa a la damisela por la que tanto recorrió y recuerda los difíciles momentos que debió pasar en su camino hasta ella, de pronto sin mediar aviso, ella se sienta en la cama y chasquea los dedos...
-no eres a quien yo esperaba... se oye decir a la doncella, al tiempo que soldados aparecen a su escolta de otros puntos de la habitación colocándose en guardia para protegerla...
-yo espero a otro guerrero de brillante armadura, tú no vales la pena- finalizo la doncella dando orden de ataque a sus soldados, quienes se abalanzaron contra el guerrero...
se vio a si mismo frente a quien el trataba de proteger, no como aliado, mas bien como enemigo, ella lo miro seriamente, con una mirada carente de sentimientos, él sin querer creerlo bajo sus brazos como rendido.
