8 - el mercader, la Caperucita y la doncella

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erase una vez en un reino muy lejano, un mercader viajero, que llevaba siglos en sus viajes, siglos desde que abandonó aquel camino establecido por otros para él, ese que le llevó por tierras lejanas a aprender de las artes, la política y la ciencia.

en un punto de su viaje el mercader conoció a muchas princesas, místicas de reinos e historias de fantasía y magia, de distintas edades, distintos gustos, afines a él y tal vez no.

en su viaje pocas princesas lograron tocar el interior del mercader, pocas desde el inicio de su viaje, pocas al final del mismo, pocas que llegaron a formar parte importante y real en su camino y no sólo una página anecdótica en su historia, en ese viaje algo interminable que él llamó su historia.

entonces entre palacios, reinos, pueblos y señoríos, el mercader conoció a una plebeya, una niña de ojos perdidos en el infinito, criada para ser sobrepasada, para ser parte se la servidumbre, a ella el mercader le tomó como mujer, a ella por encima de todas las nobles princesas que le cortejaron en su largo camino. te tomó de su casa y prisión y le llevó con él a su vida, a su magno viaje, a su eterno camino.

entonces, la doncella de mirada perdida, la ahora mujer del mercader le abandonó, por ésos miedos que le inculcaron durante toda su vida, por ese terror a que su viaje se volviera problemático, con ganas de huir de todo, con ganas de escapar...

sólo el mercader se quedó en su castillo de cristal esperando por ella, aguardando su regreso, ese que le traía un tanto de ilusiones, esperando a que ella diera señales de volver.

pasado el tiempo, el corazón del mercader se endureció y enfrió, su capacidad de amar se había ido, su viaje había vuelto a iniciar.

8 meses después de partir la doncella de la mirada perdida nació la hija del mercader, pero, el mercader no lo sintió, porque ya no sabía de ella, él había comenzado a rehacer su viaje con una piel de lobo y una mirada distinta, ocultando su tristeza con encierros y juegos, sonrisas vacías y miradas carentes de sentimientos, es así como el mercader comenzaba a calentar su alma nuevamente...

una pequeña Caperucita roja, completamente opuesta a la doncella de mirada perdida en absolutamente todo entró en escena, ella le dio vida al corazón frío del mercader, ella y un mundo de personas que llegaron con ella a su vida, ella estuvo con él cuando más lo necesitó, pero, ella también fue la primera en abandonarlo, al saber que la doncella de mirada perdida le había dado el mercader un hijo.

el mercader viéndose solo cayó en el caos, ¿ya no podría iniciar su viaje nuevamente?, el viaje del mercader se detuvo momentáneamente, hasta que él vio más allá, vio su futuro...

el viaje comenzó nuevamente, el mercader cogió su códice y comenzó nuevamente su viaje...

caminos desconocidos, vidas desconocidas.

InmigranteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora