7 - fiesta de los interinos

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después de un mar de turbulentas aguas habían llegado, al festival de año nuevo, marcado por el reino de los interinos, ellos celebraban como cada año, ya incluso no viviendo en su poblado, viajando de todas partes del reino para poder estar ahí y recordarlo.

ellos no eran interinos, nunca lo fueron, solo eran visitantes, viajeros, él un demonio perdido entre las tierras vivas y ella, una huérfana a quien él encontró en su camino, habían vivido un largo y poco pacífico viaje, habían recorrido muchas leguas para llegar al ultimo puerto, peleas, tristezas y alegrías, pero, ya todo había pasado, la celebración limpiaba sus culpas, las de ambos, las de él por no saber vivir como humano, las de ella por no saber aceptarle como demonio.

entre los interinos había quienes le conocían a él de viajes anteriores, que no le conocían a ella, pero, no les importaba conocerle realmente, ellos solo aplicaban lo que sabían a las personas convirtiéndolas en objetos, ella no lo sabia y confió en aquellos interinos, ese fue el principio del caos.

muchas personas pasaron frente a ella diciéndole que debía hacer, cosas que iban contra su voluntad, contra su parecer y su saber, atormentándola, atemorizandola...

entonces él se encontró con alguien especial, alguien que termino de romper todo lo que ellos 2 habían logrado crear o mantener desde el inicio de su viaje, con un simple abrazo...

ella se fue sola y huyó, huyó de él y de si misma, huyo siguiendo los consejos de los interinos, quienes le protegieron a su manera como a alguien más en sus números, preparando el camino para que ella tomara lugar como pareja de un chico que los interinos escogerían como el más capaz, para así mantenerla a ella controlada.

él se encontró con sus emisarios, peleo y casi dio muerte a uno, pero, no quiso ensuciarse las manos, no valía la pena eliminar a un soldado sin voluntad, sin conciencia, un cascaron vacío usado como un juguete y desechado al romperse.

él simplemente se fue, miro hacia atrás y juro que no volvería a creer nunca más en ella, allí también juro que jamas volvería a intentar hacerle sonreír, en lugar de eso seria frío y siniestro, porque eso le haría un viaje menos doloroso a ambos... y simplemente viajo, encontrándose en la estación de trenes con aquella mujer que destruyo todo con un abrazo, invitándola a viajar con él, como alguien a quien llamar familia... 

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