Capitulo 3

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Anteriormente

-Akabane Karma...- susurro para si mismo recordando la voz que había sonado en su cabeza cuando su madre lo apuñalo - Si, claro... fue solo una alucinación por la perdida de sangre - se dijo negando la existencia de aquel ente - una alucinación...-.

-No, claro que no, soy bastante real, y desde hoy tendrás que lidiar conmigo - le dijo alguien al oído causando que Nagisa volteara alerta para toparse con unos ojos del mismo color que el cobre - Y creeme, no te sera muy fácil -.

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Nagisa veía con terror y curiosidad al ser junto a el, su sonrisa dejaba a la vista unos enormes colmillos, su piel blanca tenia tatuajes de runas extrañas, sus uñas negras y largas, un par de alas parecidas a las de un murcielago de color negro, pero lo que mas destacaba de ese ser, y lo que mas le atraían al peliazul, eran sus ojos cobrizos que brillaban de forma irreal, con un aire juguetón y travieso, que atravesaban su piel y veían directamente su alma, esos ojos y su cabello rojo cual fuego.

-Rojo...- fue lo único que pudo formular a causa de la sorpresa - (Como si el infierno estuviera en su cabeza) - pensó sin quitar su vista de aquellos hilos brillantes.

-Algo así, digo, soy un demonio, en mi cabeza viene un infierno personalizado - dijo el pelirrojo tras escuchar los pensamientos de su presa - pero es muy grosero referirte a una persona por una característica física. En ese caso, yo podría decirte chica con pene como ese tal Terasaka - hablo sentándose en la cama junto al peliazul que, al sentir la cercanía del demonio, quedo paralizado - Cierto. Esta sensación es la que comúnmente se conoce como "se te subió el muerto", en lenguaje y creencia popular, claro esta - aclaro.

-(Que quieres de mí?) - pregunto el peliazul sabiendo que el demonio podía leer lo que pensaba.

-Hmmm... Básicamente, tu alma - dijo claramente el ser infernal.

-(No)-.

-Disculpa? Dijiste... No? - pregunto el ente molestó - déjame recordarte que hace unas noches estabas totalmente dispuesto a darmela sin protesta alguna - dijo mostrando en su voz la furia por la negativa del peliazul.

-(Cierto, pero hace unas noches estaba apunto de morir)- respondió en su defensa el peliazul -(además, según recuerdo, me prometiste salvarme. ¿no?)- le cuestiono lo más tranquilo que pudo.

-Si - contesto Karma sabiendo perfectamente cuales habían sido sus palabras.

-(Y acaso lo hiciste?)- volvió a cuestionar el menor.

-... No... Pero fue porque esas cucarachas aparecieron e interrumpieron el contrato - se excusó el de ojos cobrizos.

-(Si, bueno... Entonces, en base a mis conocimientos en este tema, sin contrato, no tengo la obligación de lidiar contigo. ¿O me equivoco?)- pregunto el peliazul dando directo al ego del demonio -(además, tampoco tendría por qué estar viéndote, digo, no tengo nada que ver contigo)- añadió pensando que quizás con eso el demonio se desvanecería o algo parecido.

Dulce, tierno e inocente pensamiento.

Lo único de lo que se libero, fue de esa incómoda parálisis a la que el demonio lo estaba sometiendo, pero el ente seguía de pie, junto a él, y con una mirada totalmente contraria a la amistosa.

-Tu, pequeña mierda. ¿Tienes una idea de porque estoy aquí todavía?- le pregunto el demonio iracundo a lo que el más pequeño solo negó - Claro que no la tienes estúpido, es algo que no se muestra en las películas y de lo cual solo el clero tiene conocimiento - explicó comenzando a desabotonar su camisa.

Amor del demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora