Capitulo 10

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"Las razones que rigen al cielo son, en ocasiones incoherentes.
El mismo que dice querer paz y amor para el mundo, es el mismo que manda guerras y enfermedades que devastan a sus habitantes.
Pero ellos no son los únicos afectados.
Los ángeles también tienen reglas, reglas absurdas, pero al final del día tienen que obedecerlas les guste o no.
Una de ellas es que...

Ellos nunca deben enamorarse"

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Estaba más que harto, y eso era muy claro si se le veía a la cara (y se vivía para contarlo). Llevaba todo el día tratando de tener un momento a solas con el estúpido enano, pero para su desgracia, Asano lo había monopolizado en lo absoluto, haciendo que el humano en su interior exigiera salir.

Cuando sonó la campana que anunciaba el final de la jornada, creyó vagamente que podría substraer a Nagisa de los tentáculos del oji-purpura, pero ellos ya tenían planes.

-<<dejame decirle algunas cosas a ese pedazo de...>>

-(Ya callate! Llevo todo el día aguantando al estúpido Asano y a ti que no dejas de parlotear en mi cabeza, así que silnciate!) - ordeno Karma mandando a "dormir" a su contrario (quien antes de callar por completo le remarco que esa era "su" cabeza, no la suya).

Camino firme hasta quedar frente a Nagisa, quien muy quitado de la pena, ya iba del brazo con el otro bastardo.

-Nagisa, que bueno verte! - saludo hipócritamente mientras apuñalaba infinidad de veces a Gakushū.

-Karma,nos hemos visto todo el día...

-Si, ¿es eso verdad? - pregunto haciendo notar su enfado creciente - Hoy me has estado ignorando demasiado así que no se siente como si "nos hemos visto todo el día", ¿sabes? - le aclaro mientras lo sujetaba del cuello para alejarlo de Asano.

-Karma, por favor - pidió Nagisa con evidente cansancio en su voz - vivimos en la misma casa, nos vemos mas tiempo del que yo puedo ver a Gakushū-nii - remarco el mas bajo pidiendo un poco de paciencia al cielo -(De seguir así, podría jurar que este demonio esta celoso...)- pensó sonrojándose violentamente ante tal posibilidad -(¿Que estoy pensando?, el es un demonio, ellos no sienten nada por nadie...)- pensó tratando de calmarse y lo logro, aunque también logro desanimarse a si mismo por tal pensamiento sobre la indiferencia del pelirrojo.

-¿Estas bien Nagisa? - pregunto Karma viendo divertido el sonrojo del peliazul, no entendía del todo aquel sentimiento que sea generaba en su pecho con tan solo ver esa reacción en el rostro del mas bajo pero, si duda alguna, le encantaba y sabia que el era quien la provocaba - ¿Que pasa Nagisa? ¿Tienes fiebre? - le cuestiono acercándose mas al rostro del mas bajo, quien era como gelatina en los brazos de Karma.

-Yo... Ammm... Si... No... Tu...- tartamudeaba el pobre peliazul -(Por que esta tan cerca? ¿Por que mi corazón late tan rápido? Es solo Karma...)- pensó tratando de calmarse un poco, cosa que, evidentemente, no ocurrió ya que tenia los brazos del mas alto rodeando su cintura -(En que momento termine de frente contra su pecho!?) - se cuestiono escandalizado al notar la poca distancia que separaba sus rostros.

Amor del demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora