Capitulo 21

862 104 27
                                    

"En un páramo desconocido, lejano a su mano, la ley de Dios no existe y el demonio es ignorado.A ese lugar deseo llegar junto a ti, tomado de tu mano."

.

.

.

Se removía inquieto en la estrecha cama que compartía con su pareja.

Mil voces sonaban en su cabeza y no podía reconocer de donde o a quien pertenecían.

Las imágenes distorsionadas de sus tíos, el dolor en su pecho al ver que su avión se había desplomado, los recuerdos de vidas pasadas y torturas constantes acribillaban sus sentimientos sin piedad.

Un dolor agudo le atraviesa la espalda, le quema como si brazas ardientes hubieran sido atadas a sus hombros.

Ruega a su cuerpo abrir los ojos, pero estos no reaccionan a sus órdenes.

Siente como alguien lo sujeta entre sus brazos, le llama con desesperación.

Todo se vuelve negro en un momento y después una explosiva luz blanca inunda el lugar, mostrando un desierto de arena carmesí y dorada, donde un oasis de agua cristalina se deja ver.

Dos ángeles juegan a la orilla, los ve tan claros, pero a la vez tan difusos, los escucha reír y su alma se calma por un momento, sus pies tratan de avanzar hacia ellos, pero unas manos que brotan de la tierra lo detienen tratando de hundirlo bajo la arena.

La desesperación regresa a él de forma abrupta.

Llamas rojas y negras envuelven aquellas manos similares al carbón, lo jalan con más fuerza, logrando sumergir más de la mitad de su cuerpo entre la arena.

- "¡Ayuda!" – trata de gritar, pero el miedo le ha creado un nudo en la garganta que le impide soltar alguna palabra, entonces trata de rezar, reza con todas sus fuerzas, esperando que su dios lo salve.

Entonces uno de los ángeles vuela a él con toda prisa.

Lo saca de la arena y hace que aquellas manos vuelvan a donde pertenecen.

El alivio dura hasta que es arrojado de regreso al suelo y entonces se ve a sí mismo con una vestidura totalmente blanca.

- "Soy..."

- "Idiota, eso eres" – responde el ángel con furia – "No puedo creer que aun quieras rezar al dios que nos ha arrancado todo en esta vida, todo lo que he hecho... Todo lo que has hecho... ¿Estás dispuesto a tirarlo por la borda así de fácil?"

- "Pero esas manos..."

- "Estaban jalándote al lugar en el que debemos estar... ¿No lo has entendido Nagisa? – cuestiona el ser angelical - Nuestro tiempo cada vez se acorta más, pronto sucederá que Él nos recoja de la tierra y nos vuelva a confinar en el rincón más profundo del cielo... Donde solo estaremos rodeados por la soledad eterna... Nuevamente... ¿Es eso lo que quieres?"

- "No... Pero me aterra el infierno..."

- "Lo se... A Karma Igual... Por eso hacemos esto..."

- "¿Cómo ayudamos a Karma de esta forma?"

- "Todo lo sabrás sobre la marcha... De momento, será mejor que despiertes... Él está preocupado..."

Un empujón, la sensación de una caída y el duro golpe de la realidad.

Todo al mismo tiempo.

Cuando sus ojos se abrieron, lo primero que encontró fue el rostro preocupado de su pareja.

Amor del demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora