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Habían pasado tres días desde que vi a Nico.
En la noche nos mandamos mensajes para saber si el otro está bien.

Estaba acostada en mi habitación cuando escuchó los gritos de papá. Se nota que desde temprano está borracho y fuera de si.
Me acerco a la puerta para poder escuchar mejor.

-¡Sos igual que tu mamá!- Dice entre gritos ahogados.

Y se escucha ruido de vidrios rotos.

-¿Vos también me vas a abandonar? ¡Sos una puta igual que tu mamá!- Vuelve a decir.

Se escuchan más vidrios rotos.

-¡Marisa! ¡Vení para acá ahora!-

No respondo y me quedo en silencio.
Se oyen los pasos de el viniendo hacía a mi. Me está buscando.

Corro y me escondo en el ropero, me pongo ropa encima y me tapo la boca. Me tranquilizo y suplico para que no me encuentre.

Abre de un portazo, prende la luz, se tambalea por toda la habitación buscandome. Saco el celular y le escribo a Nico.

*Abrime la puerta de tu casa ahora*

Pasan dos segundos, cuando el me contesta.

*¿Estás afuera?*

*Estoy en eso*

*¿Estás en tu casa? Te busco ¿si Queres?*

*No no. Ahí voy yo*

*No me molesta. Ahí te busco*

*¡Te dije que no Nico!*

*...*

*Sólo esperame ¿Si?*

-Ya vuelvo, voy a buscar algo para castigarte, y vas a lamentar no haber salido ahora- Dice mientras se ríe.

Mis lágrimas salen por si solas. Es mi oportunidad de salir. Si no lo hago ahora me va a pasar algo peor.

Abro la puerta y me fijo que no esté. Salgo lo más rápido y sigilosamente posible del ropero.
¿Dónde está?
Apago la luz.
Me pongo atrás de la puerta, me tapo la boca y espero.


Un minuto... dos minutos... cinco minutos esperando. Siento mi corazón latiendo a mil. Lágrimas cayendo en mi rostro.

-¿Me extrañaste putita?-

Se escucha desde la cocina.

-Ahora vas a sentir lo que debería haber sentido tu mamita-

Esta justo a dos pasos de la puerta. Y dice...

-Te vi. Te vi con tu amiguito el otro día. Caminando de la mano en la calle como toda una putita. ¿Vos también me Queres dejar?
Entonces te voy a dejar ir. Pero antes te vas marcada-

Sus pasos se acercan.

Entra a la habitación, lentamente y tambaleando se acerca hacía la cama. Busca abajo de ella. Y pude verlo.
Tiene un palo en sus manos.
¡Esta loco!

No espero más decido que es ahora o nunca.

Salgo de atrás de la puerta y corro tan rápido como me dan las piernas.
Escuchó como el me sigue desde atrás y corro aún más fuerte.

El se cae y yo aprovecho. Me adelanto hasta llegar a la puerta. La puta madre le puso llave. Miro hacía todos lados, cuando veo la ventana abierta de la cocina.
Corro hacía allá, me trepo por la mesada y cuando estoy terminado de pasar mi pierna izquierda, escucho un ruido y siento un dolor infernal.
Grito de dolor.
Caigo hacía el jardín. Me veo la pierna y veo sangre.
Dios esto duele mucho. Abro el portón y salgo a la calle. Rengueando y todo trate de llegar lo más rápido posible a lo de Nico.

El me ve en ese estado y sale corriendo a ayudarme.
Me alza a upa y me lleva hacía adentro.
Cierra con llave, me acuesta en el sofá, me hecha un vistazo. Y veo toda una confusión preocupante.

-¿Pero que mierda paso Marisa?-

-Sólo... una vida de mierda- Digo entre jadeos. Y que vida de mierda.

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⏰ Última actualización: Dec 06, 2017 ⏰

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