Celos

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Cuando Haneul despertó se metió a la tina y permaneció más de una hora ahí, intentando relajarse y dejar de pensar en el sueño de anoche. Cuando salió, solo enrollada en una toalla, imaginó que Jungkook ya se había marchado, pero no era capaz de salir a comprobar sin antes ponerse algo de ropa. Era lunes y no tuvo ninguna clase así que se despertó más tarde de lo normal. Se vistió con un short negro con puntos blancos, una blusa holgada a cuadros azules, un suéter rosa y que llevaba el cabello suelto, además se humectó con su colonia de fresas. Para cuando bajó a la sala de estar, se encontró con Jungkook quien preparaba carne asada mientras vestía unos vaqueros que se ajustaban a su cuerpo y una camiseta sin mangas. ¡Forrazo!

— Despertaste. Pensé que querías dormir un poco más y por eso no te llamé antes — Dijo Jungkook desde la cocina.

— Estuvo bien, gracias ¿No trabajas?

— Me tomé el día libre — Respondió mientras colocaba dos platos sobre la mesa.

-¡Oh! ¿Por alguna razón en especial?

— No, tenia ganas de quedarme en casa. Hace mucho tiempo que no lo hacía.

— Ahh... — Emitió Haneul sin convencimiento.

— ¿Te molesta que esté aquí?

— No, está bien.

— ¡Bien! Entonces almorcemos ¿De acuerdo?

— Me parece perfecto — Absorbió con la nariz el olor de la carne — Mmm, muero de hambre.

Jungkook sonrió con satisfacción.

— Siéntate.

— Oh — Asintió y se aproximó hasta donde había un banco que quedaba frente a él — Pareces de muy buen humor.

— Definitivamente lo estoy.

Se volvió hacia el fogón y sirvió varios acompañamientos en unos tazones, incluso había kimchi. Además tarareaba canciones de Incubus, <<Drive>> para ser más exactos.

— ¿Podría saber porque estás tan feliz?

— La vida, a veces el destino se alinea justo en donde debería estar, en el momento preciso y con la persona correcta. Es todo.

— ¡Wow! Suena a que te follaste a una tía súper modelo y millonaria.

Él frunció el ceño.

— No todo es follar, mi querida Haneul.

— Me has demostrado que para ti sí lo es.

— Esta vez no.

Haneul lo miró, no había nada en su mirada que reflejara la razón de su cálido humor, y estaba demasiado curiosa de saberlo.

— ¿No comes? Deja de observarme y prueba.

Jungkook atenazó carne con sus palillos metálicos y los acercó a la boca de ella, ésta comenzó a ponerse nerviosa.

— Abre la boca.

Ella hizo lo que le pidió, y Jungkook le dio a probar su guiso, sin dejar de observarla con aquella sonrisa. Haneul masticó lentamente y asintió en aprobación.

— Está delicioso — Sonrió.

— ¿A qué sí?

Él sirvió comida en ambos platos, en el de ella colocó más carne y verduras.

— Tienes que alimentarte bien para que crezcas sanamente.

Haneul soltó una pequeña risita.

Esposos sin Derechos | COMPLETA |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora