Noche de preguntas

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Taehyung se separó delicadamente de Haneul, posó sus manos sobre sus mejillas y con ayuda de su pulgar derecho apartó algunos de los castaños cabellos de ella y los colocó detrás de su oreja.

Se miraron silenciosamente hasta que resonó el furioso arranque de un flamante bugattí.

— ¿Jungkook? — Susurró el pálido muchacho.

— ¿QUÉ? — Preguntó Haneul, alterada, preocupada.

— Oh. No importa. Creí haber visto el auto de mi mejor amigo.

— ¿En dónde? — Replicó la castaña, mirando a todos lados.

— Cualquiera que te escuchara pensaría que estás interesada.

Taehyung sonrió y besó la mejilla de Haneul.

— Estaré ansioso porque llegue mañana.

— Yo también... — Dijo Haneul, sintiendo un piquete en su pecho como si hubiese hecho algo muy malo.

— Buenas noches...

Esta vez se despidieron y él no volvió a detenerla, Haneul caminó por las calles de Gangnam y miraba algunas vitrinas para distraerse, aunque no lo conseguía realmente.
"¿Habrá presenciado Jungkook aquella escena?" Era lo único que venía a su cabeza, sin darse cuenta ya se encontraba frente a su residencia.

Sacó sus llaves y subió silenciosamente, y cuando entró, Jungkook descansaba recostado sobre el sofá. Ella no notó su estadía en la sala hasta que prendió las luces.

— ¡Mi- Jungkook! ¿Cuándo llegaste?

— Hace un par de horas... — Respondió sin dejar de mirar hacia la nada.

Haneul se sintió aliviada al escucharlo, significaba que no vio el beso con Taehyung.

— ¿Quieres cenar algo? — Le preguntó ella, evitando el interrogatorio policíaco que moría por hacerle.

— Comí en casa de Hani, gracias.

— Ah — Emitió inconforme, sintiendo un revoloteo en sus entrañas — ¿Puedo hacerte una pregunta?

— Sabes que si se trata de dónde estuve, no te voy a responder.

— ¿Por qué no? — Replicó frustrada.

— Porque así está escrito en el contrato.

— Deja tus tontas formalidades, no quiero preguntarte porque tengo curiosidad de saber con quien te revuelcas, pero por lo menos deberíamos llamarnos cada vez que vayamos a faltar, de esa manera sabremos que estamos bien.

— Me parece buena idea.

Jungkook continuaba mostrándose distante, ella comenzaba a sospechar que sí apreció aquel beso.

— Quiero hacerte otra pregunta.

— La que sea, siempre y cuando no tenga que ver con mi vida privada.

— ¿Nos viste? — Jungkook abrió sus ojos y luego miró hacia la terraza — Sí, creo que lo hiciste.

— No deberías preocuparte tanto, yo comprendo que veas chicos y que tengas "Tórridos romances".

— No me preocupa lo que pienses — Repuso. — Es incomodo que se trate de alguien que conoces.

— Taehyung no sabrá nada por mí, eso tenlo por seguro.

— Gracias, aunque lo estuve pensando y le confesaré la verdad.

El pelinegro se enderezó y caminó hacia la barra de cantina, descorchó una botella de vino y lo vertió dentro de una bola.

Esposos sin Derechos | COMPLETA |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora