Ella no existe para mí

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Taehyung aparcó frente a su loft, apagó el motor y miró a Haneul.

— No quiero que te sientas presionada... podemos ir a otra parte si así lo deseas.

— Taehyung, estoy segura..., de que quiero entrar — suspiró, intentando relajarse. — No tiene nada de malo si paso a tu apartamento, somos novios, ¿No?

— Bien.

Sonrió y salió del auto para caminar a su lado de la puerta y ofrecer su mano para que ella bajara.

Taehyung hizo un esfuerzo honesto para contener sus nervios y pinchó el botón del elevador.

— ¿Te parece si preparo algo mientras tú descorchas ese champagne?

—.¡Cielos, Haneul! ¡Esta celebración es por ti! Tú disfrutarás de la música y yo prepararé todo ¿De acuerdo?

Bufó. — De acuerdo.

Ambos salieron del elevador, Taehyung tecleó la contraseña de su departamento e instantáneamente la puerta se abrió.

—Adelante — Hizo un ademán con su mano para indicarle la entrada y ella avanzó dubitativa. — Ponte cómoda, iré a preparar todo lo necesario. — Colgó su chaqueta en un perchero y lanzó su cartera y teléfono hacia una mesilla ubicada al costado de un sofá de pie —.Puedes poner algo de música,... si quieres.

—.Cielos, me había olvidado de lo lindo que es tu departamento.

— ¿Bromeas? ¿Cómo podrías recordarlo? Estabas muy ebria — Él rió y Haneul frunció el entrecejo. — ¡Vaya! ¿Ha pasado mucho desde entonces, no?

Haneul suspiró profundamente.

—Supongo que sí. Hice muchas cosas estúpidas en aquel tiempo, como dejarte para esperar a...

— Shhh, no digas más — El muchacho cubrió los labios de Haneul. — Este es nuestro momento ahora.

—.Tienes razón.

Taehyung entró a la cocina y colocó algunos platillos sobre la mesa, sacaba muchas cosas deliciosas de su refrigerador y parecía que estaba a punto de preparar un festín en honor a Haneul.

Ella por su parte se acomodó en el sofá, tomó el control del modular y lo encendió. Incesantes luces se hicieron presentes y una bola de disco giratoria salió desde el techo.

— ¡Cielos, cielos, cielos! ¿Cómo mierda apago esto? — masculló nerviosa al tiempo de pinchar todos los botones del control al mismo tiempo.

— ¿Necesitas ayuda? — Taehyung se asomó hacia la sala y notó las luces. — Parece que quieres celebrar a lo grande — Dijo con una pequeña sonrisa.

— Lo lamento, sólo ayúdame a apagarlo.

— Bien.

Taehyung soltó una risita y presionó un botón rojo que calló aquel estrépito.
Haneul suspiró aliviada y dejó caer su cabeza en el respaldo del sillón mientras que él se adentró de nuevo a la cocina.

***

Insistente lluvia caía desde el cielo oscuro de Seúl, Jungkook conducía con prontitud sobre la avenida de Pusan y Chaerin observaba desde la ventana a las personas pasear por las calles más concurridas del centro, en lo grandes conglomerados del extremo oriente, entrecerrando sus ojos por toda esa luz, neón y bullicio.

— Estoy comenzando a sentirme nerviosa.

Jungkook torció una sonrisa y sin dejar de mirar hacia el volante, respondió:

Esposos sin Derechos | COMPLETA |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora