Esposos sin Derechos | COMPLETA |

La verdad / FINAL

Taehyung se sintió mal por todo lo que había sucedido, aun cuando buscaba miles de razones para justificarse, al final todo concluía en que era incluso más culpable que Chaerin.

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Jungkook condujo a más de ciento veinte kilómetros por hora, las lágrimas resbalaban por todo su rostro. Siempre se trató de una infamia. Chaerin se lo hizo saber por la mañana, cuando despertó después de la cirugía. Y pensar que estaba dispuesto a casarse con ella, al menos confesó y se arrepintió antes de que se cometieran más estupideces.

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Haneul subió corriendo hacia su loft, había escuchado parte de la discusión entre Taehyung y Jungkook. Sintió sus ojos empañarse, se había prometido no llorar de nuevo, sin embargo no lo estaba consiguiendo. ¿Por qué él estaba en su edificio? ¿Por qué dijo que Taehyung era culpable? Varias preguntas sondearon su mente, no sabía que sucedía. Escuchó su timbre y al abrir descubrió que quizá, y solo quizá, obtendría todas las respuestas que buscaba.

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— ¡Haneul! Me importa una mierda, no sé cómo le harás, pero hoy vendrás a la recepción que preparamos Joong Ki y yo por nuestro aniversario — Gritó Lee Hani detrás de la línea.

— ¿Qué? ¡No, no, no! ¡No puedo y lo sabes! — se negó la castaña.

— ¿Por qué? ¿Por qué va a ir mi hermano? Despreocúpate, se regresó a Busán.

— ¿Se fue?

Haneul sintió decepción al escuchar aquella noticia.

— Desde ayer lo acompañé al aeropuerto, así que no vendrá. Tú como mi cuñada oficial tienes que acompañarme en este día tan importante.

— De acuerdo — aceptó dudosa.

Al colgar buscó un vestido adecuado para aquella celebración, era de corte sirena en color vino, con escote pronunciado en la espalda, se hizo un chongo para dejar al descubierto su cuello, se colocó unos pendientes y maquillaje sencillo. Buscó una cartera que combinara y encontró una en color negro. Llamó un taxi y poco después llegó a la residencia de Hani.

Ella la recibió en la recepción con un fuerte abrazo.

— Me alegro de que vinieras, cariño.

- Les traje un pequeño obsequió — Haneul le entregó una cajita a Hani.

— Gracias, no te hubieras molestado — miró asombrada, como si tratara de adivinar lo que contenía la pequeña caja —, pasa.

Ambas desfilaron hacía el lugar en donde se encontraban las mesas y Hani la ubicó a su asiento.

— Iré a recibir a los demás invitados y vendré para platicar ¿Bien?

Haneul asintió y su cuñada se alejó.

La muchacha de piel cremosa miró detalladamente el recinto, movió su rostro al ritmo del jazz que era interpretado por dos jóvenes ubicados en el bodrio. Los meseros le ofrecieron una copa y encantada aceptó un limoncello, bebida que Jungkook le mostró por primera vez.

Bebió una copa, después otra, y luego otra, hasta que se olvidó de cuantas llevaba. Sus mejillas ardían y salió a la terraza a tomar un poco de aire.

— Deberías ya saber que tienes pésimo autocontrol con el alcohol.

— ¿Huh? — se tambaleó un poco para girar hacia donde venía esa voz y cuando lo vio, se sobresaltó. — ¿Qué... qué haces aquí?

— Bueno, es la fiesta de aniversario de mi hermana, creo que es normal que esté aquí.

— ¡Maldita Hani! — espetó en un tono casi ininteligible.