Es un trastorno mental frecuente, que se caracteriza por la presencia de tristeza, pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa o falta de autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración.
Después de la ansiedad y el pánico, vino lo más tormentoso y doloroso en lo que podía caer.
Cuando creia que iba superando de a poco, mí trastorno de pánico con agorafobia, aparecieron nuevos síntomas y un nuevo trastorno, la depresión.
Cómo conté en el capítulo Ayuda, todo iba bien, comenzaba a controlar mis ataques de pánico, pero tras la muerte de mí abuelo, me guardé todo el dolor que tenía, quería estar fuerte para el afuera (mí familia), aunque me estaba muriendo por dentro. Caí de nuevo, pero esta vez de una forma muy triste y fea. Me hundí en un pozo del que no podía salir, del que yo no pensaba que se podía salir.
El primer mes fue malo, demasiado, dormía durante el día y a la noche me la pasaba llorando, pensando en mil cosas, y a la vez deseando dejar de hacerlo, preguntándome el porqué de tantas cosas que me pasaron, tratando de encontrar una explicación para tanto sufrimiento. Las noches pasaban y yo solo quería morirme, no sabía cómo, pero quería eso, morir, dejar de sentir ese vacío y dolor que estaba consumiendome todo el tiempo.
Dormía para no estar despierta, suena tonto, pero era así, al estar despierta me torturaba con mis pensamientos, por eso solo quería dormir, pero hasta en los sueños seguía sufriendo. Pensé en hacerme daño millones de veces, en expresar mí enojó conmigo de alguna forma, por suerte nunca tuve el valor de hacerlo, no por mí vida, sino por mí familia, que no se merecía sufrir por mi.
En el segundo mes, exploté, solo pensaba en morir, lo único que quería era eso, no me importaba nada ni nadie, quería terminar con todo lo que me pasaba. Es horrible sentirse así, no se lo deseo ni a mí peor enemigo. A todo esto mí familia nunca se dio cuenta de lo que me pasaba, o no querían hacerlo, la verdad no lo sé, pero eso también me destruía cada vez más.
Durante estos meses mí psicóloga, estaba de vacaciones.
Cuando volvió, fui a terapia y le conté lo que estaba viviendo, me rompí en mil pedazos, descargué todo lo que sentía, pensaba, imaginaba, le confesé lo mucho que quería morirme. Ella misma me expresó que nunca me había visto así y me hizo entender que el morirme no solucionaría nada, solo iba a causar más dolor, y mis problemas no se iban a resolver, esa NO era la solución a lo que me estaba pasando. Por suerte yo confíe ciegamente en ella y entendí todo lo que me dijo, comprendí que la solución no era la muerte, sino enfrentar mis problemas y con fuerza, voluntad y ayuda podía salir adelante.
Debo decir también, que debido a la depresión, no comía, no dormía, todo el día me sentía mal, cansada, con el autoestima por el piso, por lo que me derivó a una psiquiatra, la cual me ayudó muchísimo al igual ella, y estuve medicada con antidepresivos y un regulador de sueño, que fueron de gran ayuda; los tomé durante dos meses y junto con la terapia pude salir adelante. Tuve la fortuna de tener excelentes personas y profesionales como ellas, les voy a agradecer toda la vida por lo mucho que me ayudaron y contuvieron.
Hoy en dia, estoy bien, y lo logré gracias a la terapia, a que tuve fuerza y voluntad de cambiar, para sentirme, de a poco, mejor.
Por todo esto, lo que yo aconsejo siempre a una persona que está viviendo una situación asi o parecida, es en buscar ayuda, la terapia a mí me cambió la vida, me ayudó a comprender y aprender muchísimas cosas.
"La depresión, la ansiedad y los ataques de pánico, no son signos de debilidad. Son signos de haber tratado de permanecer fuerte, por mucho tiempo"
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Hola!!! Soy Lula, gracias por leer mi historia. Si tenés ganas de hablar o contarme tu experiencia, podes encontrarme en instagram cómo @ansiedad.panico, envíame un mensaje privado diciéndome que venís de Wattpad. Te espero!
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Convivir con el pánico y la ansiedad
AcakVivir día a día con miedo y un nivel de ansiedad alto es una lucha constante con uno mismo.