Midnight Memories [TERMINADA] 1D, Logan Lerman, Ian Somerhalder, Sam Claflin.

Capítulo 52

Alice PDV

-Logan, despierta, hay que ir a Moviefone-sacudí su hombro con suavidad.

Abrió los ojos lentamente, e hizo una mueca cuando  los rayos del sol cegaron su vista.

-Por qué…estás…gritándome…-susurró.

-Iré a ducharme. Tenemos que irnos en media hora, ¿Vale?

-Vale-refunfuñó.

Eso me bastó y fui me dirigí al baño más cercano. Abrí el grifo  de la ducha y saqué unas toallas mientras esperaba que el agua se calentara.

Casi me quedo dormida un par de veces, pero luego de diez minutos, salí como nueva. Caminé rápidamente a mi cuarto y abrí el closet esperando encontrar algo decente.

Debo ir a la lavandería lo más pronto posible, ya que lo único limpio que encontré fueron unos jeans negros, una polera blanca y una camisa escocesa roja. Bien… peor es nada.

Estaba amarrándome las converse blancas cuando escuché a Logan llamarme.

-Ya es hora-dijo asomando su cabeza desde la puerta.

-Vamos-respondí sonriéndole sin darme cuenta.

Maldije a mi estúpida actitud.

Me levanté y metí mi iPhone en el bolsillo trasero de mi pantalón. Tomé mi cazadora verde y salimos del penthouse.

Conversamos con nerviosismo todo el camino. Aunque fuéramos actores con trayectoria, Logan era extremadamente tímido y le incomodaban las entrevistas. Por mi parte, siempre decía cosas estúpidas de las cuales me arrepentía, sin contar las extrañas risas que se me escapaban.

-¿Qué diremos si preguntan sobre nosotros?-murmuré mientras me bajaba del auto.

-Aquí no ha pasado nada-respondió Logan reprimiendo una sonrisa.

Negué con la cabeza y lo empujé suavemente.

Nos encontramos con Jake Abel en la recepción y lo saludé con alegría. Hace tiempo no veía a aquel idiota. Reímos mientras caminábamos al backstage.

Todo siguió como siempre. Me retocaron el maquillaje, nos instalaron micrófonos y después de media hora nos encontrábamos los tres en las típicas sillas de Unscripted.

Se encendió la luz roja que indicaba que estábamos al aire y el show comenzó.

-Hola y bienvenidos a Moviefone’s Unscripted-dijo el rubio-. Soy Jake Abel y me encuentro  con Alice Windsor y Logan Lerman.

-Estamos aquí para hablar sobre nuestra nueva película Percy Jackson y La Maldición del Titán-leí el texto de la pantalla un tanto rígida-. Contestaremos algunas de sus preguntas, además de las que surjan sin guion.

Logan leyó la primera pregunta, la cual era la más sencilla de todas. Sólo tuvimos que explicar el rol de nuestros personajes en el film.

-Ivy de California pregunta: ¿Es bueno, en general, trabajar con tu pareja en películas?

Respondo “No” al mismo tiempo en que Logan dice “Sí”. Nos miramos mutuamente para luego estallar una rara risa.

Como dije antes, no me gustan las entrevistas.

Carrie PDV

No dormí pensando en todas las cosas hirientes que Sam me había dicho, no sabía si las había dicho de verdad o era solo que estaba celoso de mi “relación” con Ian. Pero sabía que a Somerhalder le gustaba y mucho, y usaría eso en mi beneficio, me olvidaré a toda costa de Claflin.

Cuando me decidí volver a la realidad me sorprendí al ver la luz del sol filtrarse por mi ventana hacia mi rostro. Reviso mi celular y había un mensaje de texto.

“Quiero verte, he tenido unos días de mierda y solo tu compañía podría arreglarlos. Avísame cualquier cosa te quiero, Ian”.

Hablando del rey de roma. Esta era mi oportunidad para poder conocerlo mucho mejor y porque no, enamorarme. Mal que mal es un buen hombre, guapo y simpático.

“Claro que sí, justo pensaba en ti, te he echado mucho de menos. ¿Qué te parece vernos hoy? Llámame, te quiero”.

Por primera vez sentía un buen presentimiento sobre una relación. A los dos minutos sonó mi celular haciéndome saber que un nuevo mensaje había llegado.

“Perfecto en una hora paso por ti ya que me imagino que debes estar aun en la cama”.

Para conocerme tan poco sabía mucho de mí y eso me daba a entender que le interesaba. Él me dio una razón para levantarme con ánimo.

Me metí rápidamente a la ducha, me vestí me arreglé y salí de la habitación casi corriendo. Llegué a la cocina donde estaba Sam.

-Buenos días- dije feliz mientras sacaba una manzana verde de la frutera y le daba una mascada.

-Buenos días, parece que alguien está feliz por lo de ayer-Sonrió.

-Aquí nada pasó ¿Sí? Hoy saldré con Ian- Sonreí ampliamente. Sonó una bocina justo cuando la cara del rubio se empezaba a llenar de furia.

-¡Carrie!- Exclamó lleno de enojo.

-Ya está aquí, te veo pronto Sam- Agarré mi pequeña mochila y salí feliz de haberlo hecho enojar. 

Subí al lujoso auto de Ian y lo saludé de beso en la mejilla a lo que me miró raro.

-¿En serio me saludaste con un beso en la mejilla?- Me sonrió.

-No sabía cómo saludarte sinceramente.

-Así de fácil- Se acercó a mí, me tomó el rostro suavemente y me besó. Yo se lo correspondí y cerré los ojos para poder saborear su boca más intensamente.

La temperatura en el auto estaba aumentando, su beso pasó de tierno a voraz, y ya me sentía excitada total y al parecer él también a juzgar por el gran bulto que sobresalía de sus pantalones negros.

Me quitó la polera que traía puesta y me quedé solo con el sujetador celeste que me había comprado hace poco, se detuvo unos instantes en mis pechos.

-Nunca te había dicho que tiene unos pechos muy bonitos- De tan excitada que estaba ni me detuve a procesar lo que me había dicho.

Me senté encima de él pasando mis piernas a sus costados y lo besé desaforadamente, le quité su polera y le besé el pecho mientras se lo masajeaba. Ian solo suspiraba con los ojos cerrados. Él no aguantó más, me quitó las bragas y sacó su prominente miembro, ya sabía lo que se venía.

Me quedé pegada en sus hermosos ojos azules cuando siento que se entierra en mí. Mordí su cuello para no soltar gemido alguno, lo que fue casi imposible, en esa posición se sentía todo más intenso. Me embestía salvajemente, me hacía saltar en su regazo y de vez en cuando pasaba a llevar el claxon y sonaba pero nada de eso nos detuvo. Ian era un dios del sexo.

Llegamos ambos al éxtasis juntos, puse mi cabeza encima de su hombro, nuestras respiraciones se empezaban a normalizar.

-Estuviste increíble- Logró decir agitada.

-Tu igual- Y ahí me di cuenta de que estábamos afuera de la casa de Sam y que Ian no tenía vidrios polarizados.

Me preocupé por un momento pero después me dije a  mi misma que él era un hombre muy ocupado y que no detendría su vida para observarme a mí a Ian tener sexo en la parte delantera de su auto. Luego de eso nos acomodamos la ropa y pasamos todo el día juntos como una pareja normal. Creo que me empezaba a gustar Ian.