Decimoprimer Capítulo

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El dolor en mi pecho era más fuerte de lo que podía soportar. Apenas podía respirar. Mi mente solo pensaba en lo que Logan me había dicho. ¿Por qué no podía olvidarlo?

Yo solo quería ayudarla… ¿tanto le costaba entender? Admito que sí me hubiese dolido el verlo después de la cirugía y la quimioterapia… pero aun así lo seguiría amando y apoyando. ¡Jamás me alejaría de él!

Tomé mi teléfono y marque el número de Alexandra.

— ¿Hola? —sonó del otro lado del tubo.

____: ¡Alex! —mi voz sonó peor de lo que esperaba.

— ¿Qué tienes? ¿Acaso estas llorando?

____: ¿Podrías pasarme a recoger mañana en el aeropuerto?

— Creí que habías cancelado el vuelo.

_____: Las cosas cambiaron… solo dime si o no puedes ir mañana.

— ¡Sí, claro que sí! ¿Pero qué sucedió?

_____: Te lo diré mañana. Llego a las tres de la tarde.

— Okey.

____: Adiós, Alex.

Ni siquiera esperé a que ella se despidiera de mí para cortar. Estaba mal, muy mal. Sabía que no podría dormir por mí misma así que decidí tomar una pastilla para hacerlo. No era común en mí eso pero aquel día era necesaria.

La pastilla demoró un tiempo en hacer efecto pero cuando lo hizo, finalmente fue cuando deje de pensar en Logan.

Al día siguiente, le mandé un mensaje a Lucas diciéndole que me iría de nuevo a Boston. También aproveche y le mandé uno a Logan, adjuntando una fotografía de mi pasaje. No entendía por qué lo hacía. Tal vez era para que me creyera y tomara de una vez por todas su medicina. O tal vez era porque simplemente quería que sufriera. Quería que se sintiera mal por lo que había hecho.

Mi brazo cayó sobre la cama. El teléfono con la fotografía del pasaje de _____ dio un pequeño brinco y término cerca de allí.

No lo alejé de mí porque en parte me dolía lo que me mando… sino que era porque apenas podía tener el brazo en alto.

Estaba tan cansado. No podía mirarme en el espejo pero sabía que debería de estar más pálido de lo normal y con ojeras. Sin mencionar el hecho de que apenas podía tener mis ojos abiertos.

Quería dormir, descansar de una vez por todas pero el dolor era tan fuerte que apenas podía hacerlo.

Escuche como Lucas salía del baño y al entre abrir mis ojos note que traía un vaso con agua y dos pastillas en la otra mano.

Lucas: Muy bien, ____ ya se fue. Ahora, ¿podrías tomar de una vez tus pastillas?

Logan: No… —dije casi en un susurro. Dios, estaba tan exhausto que apenas podía hablar—. Aun no.

Lucas: ¡Ya basta Logan! ____ se está yendo, ¡no va a dar vuelta atrás! ¡Tomate tus malditas pastillas!

Cerró mi boca. No dejaría que me metiera esas pastillas a la boca.

Observe su cara de enfado. Jamás pensé que haría lo que hizo. El muy maldito sabía que la mayor parte del dolor provenía de la parte baja de mi estómago, así que presiono levemente con el vaso allí. Con tan solo el rose del mismo, una punzada dolorosa apareció y  no pude evitar abrir la boca para expulsar un quejido. Ni bien lo hice, Lucas introdujo las pastillas en mi boca, cayendo directamente en mi garganta. Luego, dejo caer prácticamente el agua sobre mí haciendo que tragara las pastillas pero me atragantara en el intento.

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