Cuarto Capítulo

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Su nombre resaltaba por encima del de los demás.

 Aquella mañana él le había pedido su número telefónico, al igual que el del hotel dónde se hospedaba. Su celular era el mismo, cosa que lo hizo llenar más de culpa por no haberla llamado para decirle la verdad.

 Miro su nombre nuevamente en la lista de contactos. La mano le temblaba. No sabía si llamarle o no.

 Finalmente se decidió por presionar el contacto y confirmar la opción llamar. Se arrepintió ni bien lo hizo pero para cuando tuvo intenciones de cortar, escucho la voz de _____.

 — ¿Hola?

Lucas sintió como el corazón le latía a mil por hora. Tenía una mirada de susto en la cara, como si hubiese visto un fantasma.

— ¿Lucas?

Finalmente se decidió por acerca el celular a su oreja.

— Hola.

— ¡Hola! —Dijo con entusiasmo—. No creí que me llamarías tan pronto.

— Yo tampoco —rio nerviosamente—. Oye, ¿haces algo mañana?

— ¿Qué tienes en mente?

— Am… pues… Mañana tengo ir a la Universidad de Nueva York a buscar unos libros, ¿te gustaría verme allí y luego nos vamos a tomar algo?

— ¡Sería estupendo! ¿A qué hora?

— ¿A las 11 te parece bien?

— ¡Excelente! Allí estaré

— ¡Nos vemos! —se saludaron y colgó el teléfono.

El día estaba algo nublado. Habían anunciado una semana de lluvias pero que la mayoría de los días serían nublados y muy calurosos debido a la humedad.

______ se adentro en los pasillos de la UNY, esperando encontrar a Lucas rápidamente. Se sentía un tanto incomoda estar en aquel lugar sin siquiera formar parte de ella.

Tampoco entendía el hecho de por qué Lucas tenía que venir a este lugar para buscar libros. Creía que él estudiaba cocina… ¿Acaso aquí habían libros sobre eso?

 Mire los papeles y confirme que eran los libros que necesitaba para mi próximo período.

No sabía siquiera porque los estaba sacando justo ahora si ni siquiera terminaría el próximo semestre… Debería retomarlo mucho después, pero como dice mi madre “no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy”. Quizás, cuando vuelva, estos libros ya no estén. Si los saco ahora por lo menos sabré que estarán esperando en mi casa.

— Solo estos — le dije arrimándole los libros a la bibliotecaria.

Ella los sello. Digito algunas cosas en su computadora y finalmente los libros terminaron bajo mi custodia por un año… O por lo menos hasta que terminara mi período.

Guarde los libros en mi mochila y me dirigí a la salida.

¡Dios! Me sentía cansado. Era como si no hubiese podido dormir bien anoche… y en parte, lo era. Solo quería volver a casa y recostarme un buen rato en mi cama, esperando a que Lucas no estuviese como para molestarme.

Camine hasta doblar por un pasillo. Tenía la mirada gacha, no entendía por qué, hasta que se me dio por alzar la cabeza y mi vista se encontró con lo que jamás creí volver a ver. El cuerpo se me heló y mi corazón se detuvo.

••|REMEMBER ME|••Donde viven las historias. Descúbrelo ahora