Sannin de Konoha

Sannin de Konoha 6

Secretos del Pasado

La luna no dejaba de brillar en el cielo sobre la hermosa isla de Byakko. Las sombras jugaban con los árboles y las torres del castillo. La ocasión era perfecta para revisar si la situación estaba bajo control.

'Minato' salió de una habitación, con las sombras como refugio y la espada de su abuelo como justicia. Ya la costumbre de cuidar la Isla era imborrable. Apresar a pequeños ladrones sin importancia y sobre todo tomar medidas contra los KuroiZetsu era pan de cada día... de cada noche. Porque era muy raro que 'Minato' saliera de día... y sobre todo peligroso. Por eso la capa, el sombrero y la máscara que lo caracterizaban.

Caminó con cautela entre los cuerpos dormidos de los hombres de Kiba y Naruto. Ni una gota de sangre derramada. Al parecer todo fue bien. Rodeó el patio principal... no había señal de violencia. Lo que solo indicaba una cosa por seguro... Lady Hinata NO tomaría los votos mañana... el Sannin había cumplido su promesa.

Se escabulló ágilmente por los recovecos del jardín y subió a su cuarto. Mañana sería un nuevo día... un nuevo mundo y no se podía perder de eso.

"Lleguen a ti todas las bendiciones de Santa Sakura:

Es para mi una alegría comunicarte la necesidad de tus servicios en la isla de Byakko. El motivo de mi matrimonio con Sir Uzumaki Naruto de Konoha es una realidad, y agradeceríamos llegaras a la Isla lo más pronto posible.

Gracias, por que sé que estarás aquí para compartir ese día, querido amigo.

Lady Hinata"

Hinata leyó nuevamente la pequeña carta y suspiró alegre. Mordió su labio inferior. Él vendría a la isla, a casarla con Sir Naruto. Sería fantástico volver a verlo. Lo extrañaba tanto... hubiera deseado que Neji-niisan también viniera.. pero la distancia a Uzushio era insalvable y cuando llegaran las noticias ya habrían pasado meses y el Sannin jamás permitiría tanto tiempo de espera.

Sonrió melancólica al ver el pergamino escrito, selló la carta y llamó a su criada. Mirai apareció de inmediato

-Manda esto con el correo de la mañana -le explicó con urgencia

-si, mi señora -dijo ella y salió corriendo.

《Si todo sale bien》 –pensó Hinata 《la carta se irá en el primer barco, y tendré la respuesta en una semana. Y en unas dos semanas la boda se podría realizar..》

Ayame y Mei entraron al cuarto y la ayudaron a vestirse. Poniendo especial cuidado al arreglo de su cabello pelinegroazulado, largo hasta una cuarta arriba de la pequeña cintura...

Una vez lista bajó y atravesó con cuidado las ruinas del salón principal.

Ni siquiera las fragantes hierbas que se habían esparcido entre los rincones lograban ocultar el olor de los orinales repletos, el vino derramado y los cuerpos malolientes. Se tardaría horas en limpiar todo aquello.

Se abrió paso entre los hombres sin hacer caso de los ronquidos de sus invitados y consiguió llegar a las escaleras principales sin ponerse enferma. El guardia pelirrojo que había allí saludó respetuosamente con la cabeza.

-Buenos días, señora.

-Buenos días -contestó-. Tú eres uno de los hombres de sir Uzumaki-san, ¿no?

-Sí, señora. Me llamo sir Sabaku no Gaara.

-¿Cómo es que estás tan despierto, sir Gaara-san? Los otros están tan dormidos que harían falta las trompetas del juicio final para despertarlos.

Gaara sonrió.

-Los hombres que duermen en el salón están a las órdenes de sir Inuzuka. Puede estar segura de que los que obedecemos a sir Naruto estamos despiertos y cumpliendo las tareas que se nos ha encomendado. La mayoría está en los establos ahora.