Sannin de Konoha 15

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El misterio de la Anacoreta

-¡Asesinada! -Hinata miró a Naruto con incredulidad -No puedo creerlo.

En ese instante la priora Shizune, apareció y se quedó atónita -Es imposible, durante los quince años que he estado a cargo de este convento nunca hemos tenido ningún asesinato.

Hinata movió lentamente la cabeza -En toda mi vida jamás había visto un solo asesinato en Byakko.

-Esto ha sido, definitivamente, un asesinato... -Naruto miró los ojos abiertos, sin vida, de la anacoreta. Había visto suficientes muertes violentas en toda su vida y podía reconocerlas.

-¿Está seguro? -preguntó Shizune con expresión angustiada -Quizá se cayó en plena noche, intentó pedir ayuda y no consiguió llegar a la puerta.

Naruto se agachó junto al cuerpo. Tocó uno de los dedos de la mujer muerta y lo encontró suave. La rigidez que sigue a la muerte ya había pasado.

-Murió por la noche, pero no a causa de una enfermedad.. -estudió los pliegues de la bata de Ino -¿Acostumbraba dormir con la toca? (N/A:una especie de tela que usan las monjas en la cabeza)

-No lo sé -contestó Shizune -Eso parece. Quizás era un acto de piedad.

-Era más simple vanidad -refutó Hinata tranquilamente -Ino-san estaba muy preocupada por la papada. No quería que nadie se la viera. (NA: solo que la anacoreta la usaba como "orejas de conejo"... ya saben... para que no se le vea la papada)

-Le encantaba chismorrear y le gustaban mucho los perfumes y las cremas de Hinata-san -recordó Shizune -Pequeñeces, ahora que todo ha terminado para ella.

No lleva ni 24 horas de muerta y su "amiga" Shizune ya hablaba mal de ella... ¡por Santa Sakura!》pensaba Hinata.

Naruto levantó una ceja ante el comentario de la priora.

-Está en ropa de dormir -verificó pensativamente Hinata -aunque lleva puestos los zapatos.

Shizune miró detenidamente a Naruto.

-¿Está absolutamente seguro de que esto no es el resultado de una enfermedad grave, señor?

-Ha sido un asesinato. -Naruto apuntó a la toca que, como si fuera intencional, calló justo alrededor del cuello de Ino. El Sannin frunció su entrecejo -¿Ve estas marcas?

Shizune se acercó -Sí.

Naruto empezó a levantar el dobladillo de la bata de dormir.

Shizune movió la mano como si fuera a detenerle.

-¿Qué hace, señor?

-Quiero verle el cuello.. -Naruto siguió retirando el lino blanco.

Los moretes oscuros y feos en el cuello de Ino eran una prueba evidente.

-¡Santa Sakura! -murmuró Hinata.

-Que su alma descanse en paz -suspiró Shizune haciendo la señal de la cruz -y que santa Sakura la acoja en su regazo...

Hinata miró a Naruto -¿Has visto estas marcas en otras ocasiones?

-Sí -confirmó Naruto -La anacoreta fue estrangulada.

-Pero eso es imposible.. -la mirada perlada de Hinata fue hacia la pesada puerta de madera que Naruto y Hayate habían forzado -La puerta estaba cerrada por dentro. Y las ventanas son demasiado estrechas para que pase un hombre.

La inconfundible inteligencia de 'Minato' había brotado en Hinata más de lo que debería, a criterio del Sannin, claro está.

Naruto miró hacia la entrada. A través de la apertura podía ver que se había reunido un grupo de curiosos. Algunas monjas y novicias, y también algunos aldeanos, estaban fuera, intentando mirar dentro de la celda.

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